Tenía un mes de vacaciones que planeaba aprovechar al máximo, con Andrew había creado nuestra lista de cosas para hacer en el verano, entre esas era emborracharnos mucho, salir a cualquier parte e intercambiar almuerzos familiares en nuestras casas. Mi familia adoraba a Andrew y la familia de Andrew me quería más a mí que a él.
Pero la mayoría de mis planes en la primera semana fueron arruinados por un individuo llamado Trevor, quien traía arrastrado a otro individuao llamado Sebastian, los de año nuevo. Recuerdo la primera vez que Trevor apareció en mi casa, a juzgar por su personalidad definitivamente ni en otra vida sería mi amigo, o al menos tan amigo como lo era Andrew.
Por otro lado Sebastian me daba una vibes gotica, nunca tuve amigos así y definitivamente si no fuese por año nuevo jamás le hubiese hablado en alguna otra ocasión.
Andrew no estaba tan feliz con mis repentinas amistades pero tampoco podía hacer mucho, el apoyaba la idea con que yo "evolucioné" y el jamás haría nada para impedir que eso pase, aún así me tocaba escuchar sus largos reclamos sobre Trevor y Sebastian.
Dice que lo voy a cambiar, como si fuese que eso fuera a pasar.
Hubo algo diferente en esa semana.
No estaba segura de que era, pero había algo diferente.
Era un miércoles y luego de hablar por llamada con Sophia, una de mis amigas más cercanas, fuí al patio y ví el día tan soleado, decidí llamar a Andrew pero estaba con su novia, entonces llamé a Sophia de nuevo pero no estaba por la ciudad, traté con Bella y Kat, pero tampoco podían. Entonces suspiré y llamé a Trevor.
El accedió.
Se han de imaginar que tan desesperada estoy por compañia.
Trevor llegó en casa, su personalidad era tan diferente a la mía. Yo tenía una forma distinta de divertirme a la de él. Puedo decir que soy una borracha pero esa es solo mi versión verano, él tenía esa versión el año entero. Yo era centrada y el era más relajado, además de que el puteaba cualquier cosa que se le cruzaba en su frente.
— Que tal estás? — fue lo primero que preguntó. Algo decente por suerte.
— Bien. Quieres entrar en la piscina? Broncearnos? o beber algo? — le pregunté directamente.
— Sabrina yo odio las piscinas.
Que le pasaba.
— Por qué? — pregunté sorprendida. Que persona más triste.
Trevor omitió mi pregunta — Quieres salir a caminar?
Eso también estaba bien para mí, ya que es algo que hacía todos los días.
Trevor vive en el mismo condominio que yo, lo cuál facilitaba el encontrarnos, tengo entendido que Sebastian también vivía aquí.
Ambos salimos a caminar por el condominio.
— Entonces tienes novia? — pregunté — Como se llama?
— Cecilia, o Ceci — respondió sonriendo — Ella forma parte de ese grupo en el que estamos todos, ese que te uniste. Él único que ya no está en ese grupo es Sebastian
Por qué será?
— Si pero todos son tan aleatorios allí — en serio, si ven las conversaciones de WhatsApp se asustarían.
— Vos apenas hablas en ese grupo.
— Tienen suerte que no haya salido de ese grupo aún.
Él se empezó a reír — Claro, porque a todos nos encanta que Sabrina Aboud este en ese grupo, es un honor tu presencia.
Lo miré confundida.
— Claro que sí.
Él se empezó a reír.
— Regalame un poco de tu ego.
— No.
Esa noche seguimos hablando mucho hasta que llegó un momento en el cuál nos perdimos, tal vez fue mi culpa. Por un momento me olvidé también que Trevor era casi un desconocido y le hablé de algunas cosas de mi vida, no tan privadas como mi familia o Daniel. Pero igual conté algunas cosas que no le contaría a cualquier persona.
Pero igual seguía sintiendome rara, Trevor vivía en el mismo lugar que yo pero nuestras casas quedaban a unas diez o más cuadras.
Yo sabía que conocía a Trevor de algún lugar, como si en algún momento el ya formó parte de mi vida, yo sé que ya lo ví por ahí, aunque tal habrá sido por el club, capaz llegamos a participar de algún deportes juntos allí, pero si fuese así yo lo recordaría, estaba segura.
De igual forma, al llegar en casa sola traté de recordar de dónde lo conocía pero ningún recuerdo se me venía a la mente, como si estuvese bloqueado o tal vez simplemente no existiera.
Esa misma noche Trevor me mandó un mensaje invitandome a su cumpleaños en su casa, obviamente le dije que iría, sería el domingo. Quisiera llevar a Andrew conmigo pero el jamás iba a querer, además no conocía tan bien a Trevor como para pedirle si podía llevar a alguien más.
Durante esos días pasé tranquila, mi rutina era broncearme, hablar con Grecia y Peter, leer mis libros y estudiar. Me sentía más relajada y trataba de no pensar en Daniel, aunque a veces quería llamarlo. Creo que en parte estaba bien.
Me siento segura con mi decisión, lo último que quiero es lastimarlo más.
Al final del día pensé en que tal vez Trevor no sería un mal amigo, Sebastian aún estaba en prueba, el también en parte era diferente a mí, es decir; yo soy reservada, pero él era demasiado y no estoy tan segura de que podría hablar con él, además de que tenemos gustos completamente diferentes.
Sebastian parece ser alguien que fue muy lastimado en algún momento de su vida, y no estoy segura de si yo le caigo el cien por ciento bien.
Aún así, está en prueba.
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Cuando Las Estrellas Dejen De Brillar
RomanceToda mi condena empezó en aquella noche de año nuevo, con un inofensivo beso...