CAPÌTULO 1

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La vida nos lleva a situaciones aleatorias, para posteriormente recibir una lecciòn y obtener una enseñanza que probablemente crees que no necesitas, lo se porque creìa lo mismo y es que el hecho de su regreso fue lo màs repentino que me paso, volvìo cuando nuestra historia ya parecìa estar concluida y la remota posibilidad de tu regreso ni siquiera era un pensamiento recurrente y lo mucho que extrañaba su compañìa era algo que ya habìa olvidado.

el tomar un sentimiento como el amor a la ligera siempre me parecìo una locura, por no decir una estupidez, el simple hecho de pensar que una frase como te amo, tiene poca importancia, todo eso solo me hace pensar en la ausensìa de sentimientos en la actualidad, por que todos queremos amor pero ¿realmente sabemos lo que significa?, ese tipo de cosas solo me llevan a estar cada vez màs decepcionada de el tipo de personas a mi alrededor, podrìa estar exagerando la importancia de la situaciòn, aunque se que tengo razòn.

- señorita olivia, ¿està entendiendo la lecciòn?- dijo la profesora con un tono sarcastìco.

-si,si lo siento- habìa dejado de prestar atenciòn luego de la primera frase- solò tuve una mañana algo atareada.

*sonò el timbre*  

-bueno chicos es todo por hoy- dijo con un tono de entusiasmo algo escondìdo - no vemos mañana con una nueva lecciòn. 

Apenas lògre salir del salòn, cuando de repente empèzo el bombardeo de preguntas.

- olivia, ¿estas bien?- pregunto dayana con un tono ligeramente preocupado- nunca te desconcentras asì en filosofìa.

Era cierto nunca me habìan llamado la antenciòn en esa clase antes.

- si todo esta bien solo recibì noticias algo inesperadas en la mañana- trate de ocultar mi nerviosismo pero me resùlto imposible.

- me estas asustando ¿todo està bien?-  lo dijo como si alguien estuviera muerto.

- si todo bien, solo que... daniel y su familia van a volver.

- que bien, ¿no? - dijo mientras reprimìa su tono de alegrìa- eso es bueno, ¿verdad?.

-claro està bien es genial, solo que hace años no lo veo,  nisìquiera recuerdo como era- dije con un tono bastante condescendiente.

no estaba mintiendo realmente habìa pasado mucho tiempo, daniel fue mi primer amigo, y el màs cercano, pasaba màs tiempo en su casa que en la mìa, probablemente era la unìca persona que me importara realmente a esa edad y mi historia con el no fue diferente a la de los dèmas paso poco tiempo para que me diera cuenta de que me gustaba y como evitarlo, era perfecto, mirarlo me parecìa casi un privilegio, hasta ese momento todo estaba increìble pero no todo lo bueno dura para siempre, eso lo entendì cuando me entère de que se mudarìa a otra ciudad, estaba devastada mi unìco amor de la infancia se iba a ir, al poco tiempo sucediò, no mentìan, realmente se fueron.Èramos solo niños asì que no sabìa su nùmero o dirreciòn, se fue y no tenìa nada que me mantuviera en contacto.   

Un año màs tarde mis padres me cambiaron de escuela, pero no parecìa agradarle a nadie ahì y las burlas no tardaron en aparecer, parecìa no encajar en nìngun lugar, no lo malinterpreten, no era problematìca y mis claificacìones eran de exelencìa, pero al parecer no era del agrado de mis compañeros, despùes de un año tuvieron que cambiarme de nuevo de escuela, pero para mi buena suerte todos ahì parecìan diferentes, fue en esa escuela donde conocì a dayana, que es mi mejor amiga, y desde que nos conocimos ha sido mi confidente y còmplice en todo.

Bueno espero que ahora entiendan mi nerviosismo inicial, no lo veìa en años y dayana solo habìa escuchado de èl, realmente no lo conocìa, no deje de pensar en eso durante todo el dia y pudo haber seguido asì, pero dean decidìo deleitar a todo el autobùs con su gran sentido del humor. 

-que pasa via, ¿estàs enamorada?- dijo con el tono màs bùrlon que pudo encontrar.

-dèjame en paz dean y mètete en tus asuntos-no sabìa de donde habìa salido eso, siempre ignoraba las bromas de dean, màs que nada porque es un idiota.

-uyyyy, !que humor¡- dijo como si no tuviera razòn en el hecho de que es un entrometido- tranquila te vèz linda cuando te enojas.

-pfff, eres un adulador-  trate de decirlo lo màs objetiva que podìa.

siguìo caminando y mientra  avanzaba  mis ganas de golpearlo se esfumaban.

- ¿què fue eso via?- dijo dayana burlandose de mi enojo.

- nada es solo dean siendo dean en el peor momento.

- bueno solo ignoralo, pero vamos a lo importante ¿la pijamada de hoy sigue?- lo pregunta como si no supiera la respuesta

-si es un hecho, no se por que preguntas si siempre me dejan quedarme contigo.

- bueno ya sabes mera formalidad- dijo segura. 

Llègo el momento de bajar en la parada de dayana, tomamos nuestras cosas y bajamos del autobùs, vi de reojo como dean me miraba, seguro solo buscaba algùn defecto del cual burlarse, pero salì tan rapìdo de ahì que seguro le resùlto imposible.

Al llegar a la casa de dayana su madre nos reicìbio como de costumbre, la señora hamilton era realmente agradable , como una segunda madre pero menos estricta .

- hola chicas, pasen, pasen- dijo con la voz calìda que la carànteriza.

- gracias, perdòn por volver a irrumpir en su casa- dije mientras saludaba 

- tonterìas sabes que  eres como de la familia- sonaba realmente convencida.

-mama via se quedara a dormir, estaremos en mi cuarto por si necesitas algo- dijo mientras me jalaba a la habìtacion.

- gracias- dije en voz alta mientras nos alejabamos.

subimos al cuarto y antes de poder sentarme o incluso tomar aire empezò.

- entonces, ¿ què hàras con lo de tu novio?- dijo con una voz burlona y ligeramente sarcastìca.

- ¿que novio?

- ya sabes, daniel

- ahhh, mmm pues no lo se solo dejare que pase lo que tenga que pasar- no podìa evitar que mi voz temblara cuando hablaba de èl.

- pues me parece bien- dijo mientra se arreglaba el pelo en el espejo.

dayana tinìa un estilo bastante alternativo, pero iba con ella, su pelo gris era  algo que no pasaba desapercibido y era realmente estetìco, su pelo era tan lacio que parecìa hecho en un salòn de belleza, sus ojos càfe claro le parecìan hermosos para cualquiera y su piel morena clara combinaba con todo lo dèmas de ella. Lo raro es que somos almas gemelas pero no nos parecemos en absolutamente en nada, yo soy màs una belleza en bruto, mi cabello es tan  negro que podrìas pensar que es casi morado, ojos profundos de un cafes oscuro,  y mi color de piel era un palìdo pèro ligeramente bronceado y un tono rosàceo en las mejillas que segùn mamà enamora a cualquiera, ojala y fuera cierto.

- bueno pero entonces ¿cùando llega  daniel?- dijo dayana interrumpiendo mis pensamientos.

- en una semana, o no!! llega en una semana, ¿què voy a hacer?- mientras hablaba sentìa mi corazòn saltar de mi pecho- no me di cuenta de que faltaba tan poco.

-tranquila seguro està igual de nervioso que tù- dijo tratando de tranquilizarme.

- no lo creo, pero todo va a estar bien,¿no?. 

su regreso me inquietaba, parecìa una niña esperando la navidad, estaba realmente impaciente porque nada era seguro, el extrañarlo era algo tan cotidiano que parecìa irrelevante y lo que me perturbaba era el tenerlo de nuevo, tenìa miedo a volver a nacesìtarlo, imagine tantas situaciones aleatorias que ya todo me parecìa posible, y sin darme cuenta entendì que lo querìa aquì, conmigo, y lo querìa ahòra  sin importar quien se habìa convertìdo .

            




Todas tus promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora