No es del todo consciente acerca de cuando decidió seguir los consejos de ese chico y desnudarse para tomar una ligera ducha. Cuando se encontró a sí misma con la frente apoyada sobre los inmaculados azulejos se dio cuenta de las terribles ganas que tenía de golpearse la cabeza contra la pared hasta despertar de esa pesadilla.
Se consideraba una chica reservada, tímida, quizás hasta demasiado inocente para su edad. Y sin embargo, se encontraba tomando una ducha en la casa de un desconocido después de haber pasado la noche con él. Todo apuntaba a que había usado a ese azabache como vía de escape para descargar todo el estrés emocional que había arrastrado desde su repentina ruptura. Pero ¡no era todo culpa suya! Las cosas no terminan de semejante manera si dos no están por la labor, eso era lo que se repetía una y otra vez mientras dejaba que el agua caliente la adormilara de nuevo.
Ese chico, sin duda, se había terminado aprovechando de ella.
Volvió a deprimirse. No quería encontrarle. Solo quería desaparecer y dar marcha atrás al tiempo para evitar que el alcohol hablara por ella y terminara en semejante enredo.
Unos toques a la puerta la asustaron.
--¿Yuuki?
La chica se cubrió por instinto.
¿¡Será capaz de entrar!?
--T-Terminaré enseguida.
--Ah, puedes tomarte el tiempo que quieras. Dejaré aquí un cambio de ropa.
Los pasos alejándose despacio hicieron que su corazón volviera a relajarse. Se preguntó de qué debía avergonzarse a esas alturas, después de que, evidentemente, ya se hubiera exhibido esa noche.
Quiero morir.
Cerró el agua, se envolvió con una toalla y asomó ligeramente la cabeza fuera de la puerta para encontrar, perfectamente doblado, un cambio de ropa en el suelo, tal y como él le había comentado.
Al principio, se imaginó a sí misma vestida con prendas de hombre que le quedara tres tallas más grande, pero que, por falta de nada mejor, tendría que aceptar a regañadientes. Pero, en su lugar, encontró un conjunto indudablemente femenino que se asemejaba mucho a su estilo de vestimenta.
¿¡Ropa de su novia!? ¿¡De su ex!? ¿¡De alguna de las chicas que ha traído a casa!?
Tuvo una lucha interna acerca de si estaba a favor o no de vestir algo que podría tener tantas implicaciones, pero quería escapar lo antes posible así que no tardó en alistarse y salir del baño como si se dirigiera al matadero.
Kazuto Kirigaya revisaba su teléfono apoyado sobre la encimera de la cocina. Demasiado calmado, demasiado indiferente para ella. Se crispó, pero trató de ser lo más diplomática posible.
--Gracias por el cambio de ropa. ¿Puedes devolverme la mía? La lavaré personalmente. -- ni siquiera le miró a los ojos, hizo su mayor esfuerzo por apuntar con la mirada a cualquier cosa que no fuera él, lo que solo causó risa en su compañero. -- ¿Que?
--No voy a comerte, Asuna Yuuki. ¿Me ves tan despreciable como para querer hacerte algo después de haberte acogido en mi casa, lavado tu ropa repleta de vómito y haberte preparado el desayuno? -- se hizo a un lado para mostrar la mesa con desayuno para uno perfectamente colocado frente a la silla central. -- Oh dios, sueno como un santo, que horror. Pero si no confías en mi comida, la probaré primero frente a ti.
Asuna no supo que responder a eso. Se cruzó de brazos.
--No creo que uses la comida con la intención de aprovecharte de mí otra vez.
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Desastrosamente
RomanceRika tiene tres palabras para Asuna: "Páginas de citas". Asuna tiene dos palabras para Rika: "¡Me niego!". En cambio, Eugeo tiene una palabra para Kazuto: "Supéralo", para lo cual él todavía no tiene respuesta. Y la historia de cómo Asuna dejó de l...