CAPITULO III: Perdida

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"¿Esconderse o dar la cara? Todo es cuestión de cuan valerosos somos"



Sorpresa puede ser una palabra bastante fuerte dependiendo del contexto en el cual lo estés planteando, y en este caso esa palabra no estaba para nada puesta en uno bueno. Cuando llame a papá algo no cuadraba, pero no lograba descifrar que era, porque más allá del desgaste mental que la situación me exigía tanto a mí como a Sally, poco más podía pensar o hacer. Caminando con discreción entre todo el desastre, había gente corriendo, huyendo, escapando del infierno que se les venía encima. Ajusté el estuche que contenía todo mi equipo de arquería y quite el cinturón de seguridad de Sally, respire hondo y con la calma más grande que podría brindarle en aquel desesperado momento, la saque del auto y dejándola caer sobre mi, revise una vez mas su herida en la cabeza.


-Sally, escúchame atentamente. Tomé sus manos y las apreté fuertemente sin apartar mi vista de sus ojos. Quiero que te concentres en mi, ignora tu alrededor, ¿Esta bien? Vamos a salir del coche y seguiremos a pie, no te separes de mí por nada del mundo, ¿Entendido? No respondió. Su respiración era apenas audible y al tomar su pulso este estaba débil, estaba por entrar en pánico pero sabia en el fondo que no serviría de nada, mas que para atraer la atención de los agentes del caos a nuestro alrededor.


Respire hondo y tomándola en brazos, dejamos atrás nuestro transporte y nos encaminamos hasta un lugar seguro para contactar a papá nuevamente y hacerle saber nuestra situación, no sin antes ponerle mis auriculares y lista de reproducción a Sally para que escuchará todo, menos los sonidos del apocalipsis. Con el corazón a 1000 por hora y la cantidad de infectados que había, nos llevaron a tomar un desvío por un callejón, el cual nos dejaría poco más cerca del parque capital, si lográbamos llegar allí, la mitad de nuestra parte estaría hecha, solo restaría esperar a la llegada de papá. Al cruzar la esquina del Callejón, tire hacia atrás con Sally en brazos y me escondí con ella detrás de un aviso de comidas rápidas, pues adelante nuestro, pude ver por breves instantes como la cabeza de un tipo explotaba y de ella brotaba algo completamente inhumano.


-(¿¡Que carajos!?) Pensé al ver aquella atrocidad que solo hacia que en mi cabeza rondarán pensamientos vagos sobre lo que pasaba a mí alrededor. Me asomé un poco por el aviso y pude ver cómo esa cosa se acercaba a nosotros, caminando lentamente. Un impulso nervioso hizo que apretara a Sally contra mi pecho y corriera lo mas rápido que pudiese. Pero, ¿Y luego que? Debíamos cruzar por allí si queríamos llegar a tiempo con papá al punto de nuestro encuentro, y dudaba que correr o almenos tumbar a esa cosa nos facilitara el paso, así que teníamos 2 opciones.


Tomar la calle posterior pero dar toda la vuelta y evitar a el infectado enfrente nuestro, o directamente intentar acabar con él y seguir nuestro camino, sin saber si seria lo suficientemente rápido para evitarlo y seguir o si mis flechas serían suficientes para detenerle. Opte por la opción más sensata, y esa era dar toda la vuelta, no había necesidad de arriesgarnos a tener el mismo destino que ese hombre. Dejando cuidadosamente a Sally en el suelo, saque mi arco de su estuche y una de las 19 flechas que me quedaban, asomé y rápidamente apuntando a la rodilla del hombre muerto, solté la cuerda y la flecha atravesó su rodilla, haciendo que este cayera al piso algo desorientado. Tomé a Sally en brazos y corrimos hasta la otra parte del callejón para dar toda la vuelta y llegar, con suerte, a tiempo al punto de encuentro con papá. Cuando dejamos el lugar, escuché algo que había estallado, como si algo hubiera sido desprendido de su lugar, pero por nuestra propia seguridad, era mejor no quedarse a ver qué había sido.

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