Era 1934, cuando mi marido me dejó.
Sola; La vida en la pradera era tan lúgubre , sin teléfono, sin radio.
Solo un ave grande y majestuosa con quién compartía mi penar.
Un día de desasosiego le dije:
"Pajarito, tú eres libre. Podrías elevarte a grandes alturas pero sigues aquí ¿Por qué?"
Y por lo visto mi cuestionamiento le afectó.
Porque esa tarde el pájaro se marchó.
Al igual que mi espíritu.
(Todos los derechos a su respectivo autor.)
...
Nyla xx.

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Solitarie Silcaverio
RomansaLas lagrimas tristes se derraman sobre sus ojos, el sudor se asoma sobre su frente mientras el gran gigante resplandeciente se alza y lastima con su luz. El campo que alguno vez fue fresco y verde, esta seco y vacio, como los corazones perdidos. Ign...