Carpe Diem.

Capítulo 2

Había un ambiente extraño en su salón de clases, era un ambiente incómodo y en la esquina de siempre dos de sus mejores amigos, esos dos chicos tan especiales uno más que otro pero especiales. Leonel y Daniel.

Leonel era un poco más bajo que Daniel, ambos eran amigables y tenían una mirada muy sincera.

Cuando Maya terminó de acomodar su mochila en su asiento se dio cuenta que Daniel la observaba mientra hablaba con Leonel, sintió arder sus mejillas y se incómodo.

Daniel usaba gafas un poco redondas con un cristal un poco grueso que escondían unos ojos muy bonitos. Era especial para Maya y ella sabía que ella era especial para él.

Leonel notó como Daniel miraba a Maya desde su asiento y veia como Maya se ruborizaba. Para Maya, Leonel era uno de sus mejores amigos, pero para Leonel, Maya era perfecta tenía una sonrisa espectacular, ojos ni tan grandes ni tan pequeños, una tez ideal, una cara bonita que las amigas de Maya decían suave y que el quería comprobar con su propio sentido del tacto. Para Leonel ella era ideal. La chica con la que quería estar toda su vida. Mas sin embargo ella tenía su corazón ocupado por Nicolás y él sabía que Nicolás era el peor inquilino. Pero él no sabía que Maya ya no lo quería ahí. Ella sabia que lo que le había hecho Nicolás era imperdonable, aún así ella sabía que quedaban cosas de Nicolás en ella. Nicolás era un chico de 1.85 aproximadamente, cabello largo, o corto siempre lo traía diferente, dientes prefectos y unos labios que encajaban a la perfección con sus dientes cuando sonreía para aparentar un menguante de luna perfecto que le aceleraba el corazón a Maya. Nicolás contaba con una nariz delgada y bien definida y unos ojos color café oscuro que le quitaban el sueño. A Maya el simple hecho de verlo le causaba una sensación de felicidad infinita que lograba hacer que pareciera perfecto, hasta el día anterior esa sensación se iba desvaneciendo.

Maya se reincorporó a la realidad y se acerco lentamente a donde se encontraban Daniel y Leonel, se sentó en el lugar de Karen una chica algo diferente pero así la estimaba y confiaba en ella. Saludó a ambos desde su asiento que se encontraba adelante de el de Leonel y justo a un lado del de Daniel.

-Hola May, ¿qué tal todo?

-Hola Leo, amm creo que todo va bien- mentía.

-Qué hay Mayi?

-Nada nuevo Daniel- dijo mientras le estrechaba la mano con ternura, él lo hacía igual mientras acariciaba el pulgar de Maya.

-Bueno Leonel, le entendiste a lo de mate?

-Amm no del todo, pero creo que si sobrevivo el examen

-Tú, Dany?

-Yo definitivamente no. Pero podrías explicarme de nuevo? Se que con alguien como tú ayudandome le entenderé mejor

-Claro Dany- Dijo Maya mientras sonreía y se sonrojaba sin darse cuenta. Pero ambos chicos lo notaron uno murió de celos y el otro sonrojo igual.

Mientras Maya le explicaba a Daniel se daba cuenta de las miradas furtivas que éste le lanzaba a sus ojos. Sintió ardor en sus mejillas. Sus mejillas eran víctimas de todo aquel comentario o actitud amable o cariñosa. Al mismo tiempo notó que Leonel veía sus labios sin discreción alguna, lo cuál hizo que se desconcentrara mientras trataba de explicarle a Daniel la fórmula general.

El nerviosismo de Maya crecía conforme las miradas se hacían más notorias. Le era curioso tener dos chicos observandola fijamente y le dificultaba concentrarse ya que ambos eran muy atractivos.

Hasta que llego el profe y todo se desconecto.