Rosas mañaneras

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Atrapada quedé,
envuelta en secas palabras
que juraban lo inexistente.
Paz no hubo con él,
ahora sufro mientras espero
que cumpla su promesa.

Crédula fuí y crédula me iré,
deseando que los golpes
fuesen menos dolorosos,
rogando por ser ignorada
para así sanar mi piel.

Otro día amanecí
lastimosamente lo hice.
Miedo tengo a la noche,
por la oscuridad que no noto
y los gritos que me buscan.
Es el inicio de una nueva marca,
una mañana cualquiera
que finaliza con un ramo de rosas
como disculpa.

-Crizel Cubillo.

Palabras del corazón y tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora