'La historia de Emma' (parte2).

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...
Carmelo, sentado en ese sillón de color madera con cojines rojos a juego con la mesa del comedor, y de piernas cruzadas, tenia esa mirada atravesada que tanto detestaba Pedro y esa sonrisa traidora, que no para de venirse a la mente de Emma. Esta, asustada, apunto de darle un ataque de anciedad, salió corriendo por el pasillo a intentar llegar a su bolso para cojer su teléfono...

-¿A dónde te crees qué vas?

Esa frase que da escalofríos, interrumpió a Emma en lo que se iva dando la vuelta.

-¿Qué haces aquí Carmelo?

-He venido a por lo que llevo buscando todos estos años y tu sabes bien lo que es Pedro.

Emma ‘perdida’ no sabia bien a lo que se refería Carmelo, ella pensaba que lo que llevaba buscando todos esos años era a ella, pero no era así.

-¿A que se refiere, Pedro? Quiero que me lo expliques.

Pedro, miró a Emma, le dió una señal con los ojos, diciéndole que caminasen para delante, hacia donde estaba Carmelo. Emma, le negó. Ella se quedó ahí en la puerta, medio cuerpo escondido, mirando mientras lo  que iba a hacer Pedro.

-¿Qué me vas a hacer Pedro? Tienes ganas de acabar conmigo, por todo lo que les hice pasar a tu madre y a tu hermana, venga, acaba conmigo; aquí delante de tu ‘querida’ novia...

-No me hagas perder los nervios, Carmelo... Por favor, y delante de ella mucho menos.

-¿O qué? ¿Eh? Tú lo has tenido todo siempre, ya es hora de que me toque a mi ¿no?. Ya va siendo hora de que a mi me toque algo.

Pedro, temblando no sabía de lo que estaba hablando Carmelo e intentó ir a donde estaba sentado.

-No te acerques; ni un paso más. Te lo estoy avisando.

Aunque lo que le dijo Carmelo le dió bastante miedo, intentó acercarse un poco más hacia él.

-¡Qué no te acerques te he dicho!

Carmelo ya de los nervios al ver que Pedro no le hacia caso, metió su mano en el bolsillo del suéter y sacó su arma favorita, una ‘FN modelo 1903’. Al ver eso, Pedro sorprendido, se echó para detrás, pero ya era tarde, ya le habia sacado de sus casillas.

-Anda, ¿ahora sí no? Creo que ya es demasiado tarde, ya me has hartado bastante.

-Carmelo, guarda eso no vayas a cometer nin...

Emma se escondió detrás de la pared para no ver lo que acababa de hacer, no le habia dejado ni terminar la frase... Empezó a llorar, y se sentó en el suelo ya que no se esperaba que hiciera eso...

Carmelo, al segundo de disparar a Pedro, salió a donde estaba Emma, y le empezó a tirar del pelo, arrastrandola por casi toda la casa. La pobre chica no paraba de lamentarse, y pidiéndole piedad, pero éste no tenia tal cosa. Le arrastró hasta la puerta de la cocina donde Carmelo cogió la cinta adhesiva, y la cuerda que tenía ya preparada desde antes.

-¿Qué me vas a hacer?

Emma estaba llorando pero sobretodo muy nerviosa, pues mucho más al ver que Carmelo no le contestaba a su pregunta.

-Levanta. Vamos a la azotea.

Allí, Carmelo cogió y amarró de pies y cabeza a Emma, y le tapó la boca con cinta adhesiva oscura, para que no se le escuchará tanto.

-Sé que aún no sabes lo que le hice pasar a la hermana y madre de Pedro... Bueno, ahora sabrás lo que hice. ¿Recuerdas aquel mensaje que te mandó tu madre diciendo que se iba de viaje muy lejos? Y tú creias que de verdad era tu madre... Jajaja, que inocente eres pequeña... Adiós, Emma.

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