¡A la horca!

¿Conformista? Ya no más.

¿Qué debo decir ahora?, ¿qué debo hacer?, ¿qué se necesita para curar un alma dañada?, ¿un par de palabras pueden destruir tanto a un ser humano?... No sé porque siempre surgen esa clase de preguntas en mi cabeza, tampoco entiendo porque no soy capaz de formular una buena respuesta o al menos explicar lo que sucede conmigo, es complicado describir la guerra que se desató dentro de mi al escuchar esas palabras salir de tu boca, hasta ahora supe lo que era sufrir por alguien más, la sinceridad fue tu mejor arma, fue imposible no ceder a tus encantos, tu habilidad para desarmar mi imperio y conocer mis puntos débiles me dio a entender que ya lo habías hecho antes, por ende, sabía que algún día le darías fin a este patético circo, dónde yo doy y tú tomas, irónico ¿No? a ti que siempre te sobra no te gusta compartir y a mi que siempre me falta te lo he dado todo a ti.

Se supone que ya lo había superado, podía verte a la cara sin sentir vergüenza alguna, pero ahora no soy capaz de verte a los ojos sin sentir asco, nunca me había sentido cómo un objeto, hubo un tiempo en el qué huía de las buenas personas pensando que eran cómo tú, ¿quién iba a pensar que debajo de esa cara angelical existe alguien que hace daño por gusto? no sé quién te hirió, te pido perdón por si esa persona no lo hizo y te perdono a ti aunque no me lo pidas, ya que eres muy cobarde y orgullosa para decirlo... deberías saberlo: ser dañado no te da derecho a dañar.

Aveces entregar todo de nosotros mismos no sirve de mucho si la otra persona no valora eso.

Desvivirse por alguien no vale la pena.

Dar y no recibir es injusto.

Ser dañado por quién amas y seguir ahí es masoquista.

Hay personas que no merecen ni la mitad de lo que podemos brindar.

¿Cuándo seremos conocedores de lo que realmente merecemos?, ¿cuándo dejaremos de ser conformistas?... ¿por qué recibir menos si somos tanto?