1: Yule Ball

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El Yule Ball, tres colegios unidos, la música alta, los cuerpos sudorosos y elegantes de la multitud bailando y él, Viktor Krum se ve jodidamente hermoso en su traje, el alcohol causa que su cuerpo se vea más suelto de lo normal y el verlo tan relajado y con una sonrisa me da escalofríos por todo el cuerpo. Miro frente a el y la castaña de Hogwarts está bailando con una sonrisa inocente frente a el al ritmo de la música, lo que me causa miles de sentimientos, el que más se destaca es ira. Tengo deseos de arruinar su estúpido vestido rosa, tan infantil y lleno de vuelos que es repugnante, miro a mi alrededor y encuentro a un chico alto y de cabello rojizo bailando solo, jalo su mano y en un instante nuestros cuerpos están en perfecta sintonía con la música, completamente pegados y nuestros sistemas completamente arruinados por el alcohol infiltrado en el jugo de calabaza me guían a la despreocupación total, aquel chico hermoso se borra de mi mente y el muchacho que tengo en frente tiene toda mi atención, tanta que no noto a Viktor y a la chica de cabello rizado alejándose de la pista y el se despide de ella, lo que me da a entender que regresará a su cuarto, quien parece llamarse Hermione se retira de la pista llorando por otro muchacho de cabello rojizo como el del chico que tengo en frente e inevitablemente sonrío.

Cuando terminó la fiesta el chico... no recuerdo su nombre por más que lo intente, me pasó su dirección para que le enviara lechuzas en cuanto volviéramos a nuestro país natal, cosa que no haría sin importar lo bien que besara, fue cosa de un baile. Al llegar a mi cuarto me sorprendió no haber visto a mi compañera, si no, a un deshecho Krum, sentado en el sofá con una botella de whiskey casi vacía en su mano, al ver mi gesto de sorpresa su seriedad se convirtió en una engreída sonrisa de lado. Él y yo teníamos un gran historial, jamás llegamos a ser nada, pero teníamos millones de encuentros y "citas" que terminaban por un asqueroso -recuerda de no contarle a nadie sobre lo nuestro-, al fin y al cabo yo hacía caso, mi mente constantemente divagaba por esos momentos, justo como lo estaba haciendo en este momento, él simplemente levantó la mano ocupada por la botella, dio un sorbo y me invitó a acercarme con su dedo indice, cosa que hice, me quité la chaqueta y levanté mi vestido sentándome a horcajadas sobre él, eso causó una sonrisa en él, una sonrisa que se me contagió.

-¿Estabas celosa?- Susurró con esa voz ronca que tanto me vuelve loca y sin decir nada me acomodé sobre el causando una erección inmediata, su sistema estaba más débil y sus hormonas más alborotadas por el alcohol, y yo estaba prácticamente igual a si que por puro impulso mis caderas comenzaron a balancearse de adelante atrás sintiendo su entrepierna endurecerse contra la mía, sacando un par de gruñidos de sus labios y su mano libre viajó a mi nuca con un poco de fuerza, jalando levemente mi cabello hacia atrás para que mi mirada se encontrara con la suya. Mis manos viajaron por todo su abdomen, pecho y cuello hasta llegar a su cabello enredando mis finos y fríos dedos en este.

Él dejó caer la botella que se rompió en pedazos al chocar con el suelo y escabullo sus manos bajo mi vestido, acarició mis muslos dando pequeños masajes de vez en cuando y cuando logró hacerse camino hacia mis bragas, presionó sobre estas con su pulgar en mi punto más débil, haciendo que un gemido se escapara de mi boca, esa fue la única señal que el esperaba para tomarme nuevamente de los muslos y llevarme con desesperación a mi cama, en cuanto me lanzó en ella me observó por varios minutos con su rostro brillando a causa de la luz de la luna colándose por la ventana. Sin recostarse y sin tocarme un solo pelo, tomó ágilmente el cordón de mi corset y tiró de el haciendo que la ajustada pieza de vestimenta se soltara en la mitad dejando ver mis senos, tomó la prenda casi con desprecio y la tiró a una esquina de la habitación, hizo prácticamente lo mismo con mi falda, dejándome cubierta por solo mi ropa interior y unas medias de cancán de red que llegaban hasta mi cintura, tras admirar mi vestimenta y cuerpo semi-desnudo, con la intención de deshacerse de la vestimenta que quedaba, tomó mi muñeca y me volteó por completo dejando mi cuerpo boca abajo, con ambas manos agarró uno de los huecos de la red y la abrió por la mitad con precisión en mi intimidad, hizo a un costado mis, ya húmedas, bragas y con su dedo indice y medio hizo un recorrido completo de la zona logrando que gimiera, se detuvo en la entrada correcta y los deslizó dentro de mi causando que mis caderas se despegaran del colchón levemente debido al placer.

Tras recordarme lo mojada que estaba en susurros roncos en mi oído, procedió a mover sus dedos lentamente en pequeñas olas sonriendo por cada una de mis expresiones y reacciones ante cada movimiento suyo. Mientras el iba desatando de a poco su cinturón y dejaba caer al suelo sus pantalones quedando en bóxer, tomó mis caderas sacando sus dedos de mí y las elevó dejando que mis rodillas y mi pecho hicieran contacto con las sábanas de seda bajo mí. En un movimiento brusco de su rodilla me separó las piernas y sin que me dejara verlo, se quedó mirándome expuesta a él mientras se desnudaba y se colocaba con lentitud un preservativo escuchando mis ruegos desesperados por él con una sonrisa. Acercó mis caderas al borde de la cama y rozando la punta de su miembro con mi entrada me susurró al oído. -Esta vez no usé el encantamiento silenciador, a si que más te vale mantener callada esa boca.- Tras esa ultima demanda embistió con fuerza y agilidad dentro de mí.

Un fuerte quejido lleno de placer mezclado con dolor llenó la habitación y tomó mi cabello jalando de el recordándome, sin palabras, lo que él había ordenado a si que mordí mi labio inferior, agarré con fuerza las sábanas y me esforcé en limitarme solo a jadear.

No sé cuanto tiempo pasó, todo era irrelevante si tenías a Viktor Krum dentro tuyo manejándote a su manera, pero también con tanto conocimiento sobre mis gustos y sobre mi cuerpo el sabría como hacerme llegar a mi punto del orgasmo, aunque siempre me llevaba al borde y se marchaba. Sus embestidas fueron aumentando, tanto de velocidad como de fuerza, y ya ni a mí, ni a él nos importaba el volumen de nuestros gemidos. Solo éramos nosotros dos en un viaje inevitable de puro placer, sus manos, una en mi cadera y la otra en uno de mis pechos sujetando todo con exactitud, llevándome a la locura, escuchando el eco de nuestros cuerpos al chocar, hasta que dio su última embestida, siempre acababa así, el se corría, yo no, la típica historia de el hombre despreocupado por hacer acabar a la mujer, pero esta vez fue diferente. Al dar su ultimo golpe llegó a mi punto G, haciéndome soltar un gemido más fuerte que cualquier otro, liberándome por completo, llegando al clímax. Caí a la cama con mi respiración agitada y una sonrisa imborrable en mis labios, Viktor me volteó y me miró a los ojos. -Tranquilo, no le diré a nadie.- El negó ligeramente con la cabeza y me besó, me dio nuestro primer beso después de un año entero haciendo de todo, menos besarnos.

Terminada la "sesión" el comenzó a vestirse y yo me metí bajo las mantas sin querer vestirme, aún sorprendida por el gesto, al terminar de colocarse toda la ropa abrió la puerta, antes de salir y cerrar tras el me miró. -Recuerda no contarle a nadie sobre lo nuestro.- Sonrió. -Descansa, te quiero...- Y ahí optó por marcharse, dejándome con otra sorpresa más.


Nota de Autora: ¡¡Hola gente bella!! Espero hayan disfrutado el One shot :D Estaré recibiendo (si quieren darme) sugerencias de personajes para escribir y hacer su lectura más linda. Recuerden votar si les gustó y compartir.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2021 ⏰

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