Epílogo

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-1-
—Multiverso Morado, Tierra 50 - algunos años en el futuro—

En las praderas de lo que alguna vez vio una brutal batalla entre Breakers y héroes, ahora no había más que calma y hierbas que llegaban hasta la cintura. La vieja nave Breaker estaba ya oxidada y se habían roto sus trenes de aterrizaje, ahora yacía directo en el suelo con una coloración café que alguna vez fue platinada. Más a lo lejos, un árbol en medio de tanta pradera era testigo de una joven de traje celeste aproximándose hacia el que ahora servía como los restos de una tumba doble para Yami y Anthony, el Rey y su Berserker. La joven sólo se acercó hasta donde la hierba hacia crecido menos, pues es estos dos huecos de pasto de apenas unos centímetros menos que el resto, ahí se encontraban, siendo la pista final sus cascos encima de un palo al borde de romperse tras los años.

—Así que aquí fue...— hablo finalmente la joven, mientras dejaba lo que parecía ser un tubo de madera tal con botones y boquillas en ambos extremos

— hablo finalmente la joven, mientras dejaba lo que parecía ser un tubo de madera tal con botones y boquillas en ambos extremos

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—Esto no se quedará así, Yami...— declaró entre un próximo llanto aquella joven, aprovechando que traía su casco para evitar que sus dos compañeros en la lejanía vieran sus lágrimas, siendo estas dos lejanas siluetas de verde y un azul o gris muy oscuro —Pagarán por esto, Yami, lo juro, voy a vengarte...— la joven simplemente pasó su mano por el roto casco del Rey y quito el polvo de el, terminado con una frase antes de retirarse del lugar —Haré que paguen, majestad...

-2-
—En algún lugar del Multiverso Morado—

En un enorme castillo, los pasillos eran plagados por hombres con túnicas y uniformes colegiales; todos sostenían largas varitas en sus manos ya sin vida, firmando un camino hasta la que era un enorme salón, con un gran asiento en medio, un ave fénix volando por el lugar y cuadros cuyas pinturas se movían. Todo era silencio en aquel salón, nada más que un anciano de gris y larga barba en el suelo, con una varita de peculiar diseño al final de su ahora muerta mano.

—Cuadros que se mueven, eso sí que es nuevo— sentencio una voz jovial que entraba al lugar; pronto se pudo ver de espaldas a este hombre, vestía una larga capa blanca y armadura bajo ella, decorando con una oscura cabellera negra en su cabeza —¿Gu...

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—Cuadros que se mueven, eso sí que es nuevo— sentencio una voz jovial que entraba al lugar; pronto se pudo ver de espaldas a este hombre, vestía una larga capa blanca y armadura bajo ella, decorando con una oscura cabellera negra en su cabeza —¿Gustan un trago?— pregunto Doomed, mientras sacaba tres copas de la vitrina del ahora difunto director

Marvel/DC: MultigeddonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora