Dejame amarte como nadie lo ha hecho...

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Llegamos a la casa de mi amiga Andrea.

-¡Miranda!-gritó Daniela en cuanto me vio.-¡Te extrañé mucho!- en ese momento me dió un cálido abrazo, que duró mas de lo que hubiera sido algo normal. - ven, vamos con Andrea.

Entramos a la habitación, Andrea estaba sentada en su cama dibujando en un pedazo de papel. Yo iba tan cansada que, me acosté en la cama, en eso Daniela posó su cabeza en mi pecho.- Estas muy cómoda ¿sabes?- soltó una risita.

No pude evitar sonreír ante el comentario. Nos quedamos las tres calladas por un buen rato. Daniela me abrazaba cariñosamente, se volteó hasta quedar de frente a mi.

- Dani, ¿puedo pintar algo en tu espalda?- le preguntó Andrea amistosamente.

-Claro

Nos quedamos viendo a los ojos ella y yo, mientras Andy trazaba lineas en su espalda descubierta. Dani empezó repartir besos chiquitos por mi frente. Yo tomé ese gesto como algo amistoso y de mejores amigas, así que hice lo mismo.

Le besé la nariz, y sin previo aviso ella me plantó un beso casto en los labios.

No supe que hacer, mi primera reacción fue mostrar una sonrisa y abrazarla.

-Andy, ¿por qué no mejor lo haces más permanente?- dijo con mirada traviesa, mordiendose el labio -Puedes ir por un plumón permanente- de nuevo esa sonrisa, algo tramaba.

-Claro, ahora vuelvo, no te muevas- le advirtió a Daniela, en cuanto salió nos volteamos a ver de nuevo.

-¿Puedo...darte un beso?

¡¿Qué?! Vaya, la pregunta me tomó por sorpresa, ni estaba pensando con claridad.

-Si quieres hacerlo, hazlo- respondí son un tono pícaro.

Se acercó a mi, mirándome a los ojos. -Eres hermosa ¿te lo han dicho?

Negué con la cabeza.-Serias la primera -respondí con una sonrisa burlona.

No perdió más tiempo y acortó la distancia que había entre nuestros labios.