—Y déjame la botella, no quiero estar todo el tiempo pidiendo más como un pendejo—Agregó, observando al barman, alejarse, en busca de la botella de Whisky que había pedido—. Menuda mierda— Se quejó en voz baja. La música del lugar era tan fuerte que le estaba taladrando la cabeza, las luces neón de colores saturados intensificaban la agobiante sensación. De hecho, no lograba recordar el porqué le hizo caso a su patética novia de ir a ese lugar para distraerse de los problemas que le acarreaba el trabajo.
Su orden llegó. Y tan pronto como la bebida alcohólica le fué entregada comenzó a beber, casi como si de agua se tratara. El líquido le quemaba la garganta, mas no se inmutó y dejó de lado el objeto de vidrio para observar a las demás personas que bailaban de forma obsena en la pista de baile.
Él no acostumbraba a ir a estos lugares, sobretodo solo. Habían ocasiones en las que acompañaba a sus amigos a algunas fiestas pero no le parecían tampoco algo espectacular. Supo que estar ahí era un error, simplemente se acabaría la botella y pagaría lo suyo para después largarse.
Fué entonces, que de repente entró un chico ahí, al bullicioso ambiente. Todo parecía haberse detenido por un momento, todos habían volteado a ver y apreciar a la persona que se atrevió a pasar por ese bar de mala muerte, jadeando ante su impactante presencia. Simplemente prestarle atención al desconocido con su extravagancia era el propósito de cada persona que estuviera allí.Y Dios, cómo no ponerle el ojo encima, era imponente su acto de presencia entre las luces que parecían alumbrar sólo para él. Su apariencia nada más que exquisita se lucía con una camiseta holgada, negra de rayas blancas, que se encontraba metida en el short gastado del mismo color. Medias de malla recorrían sus generosas piernas, unas plataformas del azul más oscuro que había visto era su calzado y el toque final se lo daban los accesorios que variaban desde cadenas, hasta una gargantilla.
Quizá la noche no sería tan mala y miserable.
El chico de prendas oscuras se acercó a la barra, dejando apenas dos asientos de distancia entre ambos. A tal distancia Tulio pudo apreciar la belleza de los cabellos rojizos de aquel desconocido, dándole ganas irresistibles de acariciarlo.
—Hombre, Vikram, ¿Cómo estás esta noche?.
Oyó su voz, provocando una deliciosa sensación en sus oídos, aquel armonioso sonido le dió el más satisfactorio masaje a su sentido auditivo.
—¿Mucho trabajo?, ¿cómo está tu familia?.
—¡Bienvenido, Bodoque!, pues está muy calmado todo aunque sea viernes. Y cómo sabes no poseo esposa—Le respondió al pelirrojo el barman. Ahora sabiendo su nombre, Tulio intentó aparentar un falso desinterés bebiendo su whisky, esperando que ninguno de los dos no se fijaran en su actuación.
—Bueno, sabes que el alcohol para ti es gratis.El alcohol gratis es lo mejor, no mames.
Bodoque alzó la cabeza desde su lugar, su sonrisa se amplió aún más y agitó sus manos alegre.
—¿Cómo que aún no tienes esposa?, ¡Vik, yo puedo conseguirte una linda novia o un lindo novio!.
—Oh, no gracias, las relaciones no son lo mío.
Bodoque de pronto se sintió raro, una extraña mueca se formó en su rostro y un sentimiento de empatía recorrió su cuerpo. Vikram era un buen hombre, se merecía a alguien que lo amara. Aún así con el sentimiento amargo arrugó un poco la nariz para mirar nuevamente a Vikram.
—Bueno, lo mismo de siempre. La experimentación de la semana pasada no me sentó bien, quedé destrozado, ¡literalmente!—Ambos rieron, intrigando al oyente que se mantenía bebiendo como desgraciado, nunca tuvo tanta necesidad de beber.El barman señaló al conejo que tardaría un poco para su bebida debido a que se había quedado sin uno de los implementos que ocupaba. El menor entendió las circunstancias, igualmente la noche era joven.
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El Bar ;; Tudoque
FanfictionBajo el efecto del alcohol las cosas pueden salirse un poco de control.