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parecía que en este momento, regulus lo había perdido todo. frente a él estaba su muerte, y no sabía si conocerlo era mejor a no hacerlo. no pensó en nada cuando decidió que el momento de beber aquella pócima era ahora.
un sorbo, dos, tres, ya había perdido la cuenta, la cueva estaba oscura y derramaba un olor asqueroso que parecía ya no hacía efecto en él.
tenía que conseguir el horrocrux, tenía que probar que era valiente y que podía cambiar. a nadie de su familia le importaba o estaría contento si se enterasen. sirius podía ser la excepción.
el líquido se había esfumado y un guardapelo aparecía al fondo de todo, regulus sonrío divertido, había hecho algo imperdonable para cualquiera que estuviera orgulloso de que en su brazo reposara la marca tenebrosa; pero había hecho algo que, los buenos, recordarían cómo historia. eso lo hizo sentir tan bien entre tanta mierda.
el precipicio estaba delante de los ojos de regulus, que, parecía brillaban por última vez. en una remota oscuridad, los ojos de regulus black brillaron mientras era arrastrado a las profundidades de una cueva llena de almas sedientas de muerte.
