2. D U L

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—Mi señor.

HoSeok se hincó sobre una pierna, agachando la cabeza en respeto al emperador.

—Habla. —Sonrió soberbio al suponer la razón del porque su fiel eunuco se encontraba buscándolo—. Dime las buenas nuevas, HoSeok.

—Investigué como me lo pidió. El chico se llama Park JiMin. —El consejero se puso de pie cuando empezó a hablar—. Tiene diecinueve primaveras cumplidas, vive con su madre enferma; Kim ChungHa, viuda de Park y sus dos hermanos; SooBin y MinHyuk. Su padre era Park JinYoung.

—¿El comerciante?

HoSeok asintió.

YoonGi frunció el ceño. ¿Por qué el hijo de tan importante hombre trabajaría en una casa Kisaeng?

Park JinYoung era el principal comerciante de las tierras occidentales, trayendo en su barco riquezas para el reino. Su padre fue muy cercano a él, recibiéndolo gustoso; siempre disfrutando de sus regalos con los brazos abiertos cada que volvía de sus viajes. Sabía que era respetado y querido por el pueblo, no sólo por ser el protegido del emperador, sino porque era un buen hombre, amable, servicial y sobre todo, leal a su nación.

Su muerte fue un misterio para todo el mundo.

Un día su barco no volvió en la fecha esperada, ni para la semana o el mes siguientes. El emperador mandó a sus mejores soldados en busca del barco perdido, sin éxito alguno. Hasta que un día terrible noticias llegaron al pueblo. El barco de Park JinYoung había naufragado, concluyeron que una tormenta azuzó las aguas del mar durante el viaje y por ende, murió con el resto de los tripulantes.

Su padre meses después cayó terriblemente enfermo y antes de morir le confesó la verdad a su heredero sobre el hombre. No sólo era un buen comerciante, también era un informante que llevaba información valiosa sobre los países vecinos a la corte. Por ello el emperador se negó a creer que el barco de JinYoung haya naufragado. Era una versión tan sospechosa y poco lógica de los hechos, sobre todo considerando que las aguas de primavera no eran causantes de torrenciales lloviznas.

El nombre de Park JinYoung fue saboreado por el último aliento de su padre. Y YoonGi no pudo evitar deducir que el emperador había muerto de tristeza.

Se dio cuenta que sus pensamientos se habían ido por las ramas cuando miró el rostro serio de su consejero. Negó con la cabeza, despejando aquellas dudas que lo perseguían desde hace seis años.

¿Qué relación existía entre el comerciante y su padre?

¿Qué había pasado realmente con Park JinYoung?

—¿Qué más?

—Park ChungHa trabajó con los curtidores un tiempo, sin embargo hubo un accidente donde perdió la mitad de su pierna izquierda. JiMin ya trabajaba para la casa de Lee Yifei en ese entonces, pero su paga no era suficiente para cubrir las cuotas de la comunidad y fueron echados. —HoSeok se detuvo un momento, pensando que YoonGi no lo escuchaba pero el rubio hizo un gesto para que siguiera—. Tuvieron que irse a las tierras de nadie.

Había algo que no entendía. Park JinYoung y su familia tenían inmunidad cuando él vivía por la íntima amistad con su padre, pensaría entonces que ese respeto o al menos esa regla implícita seguiría tras su muerte con su primogénito y familiares.

¿Por qué demonios la familia Park vivía cómo miserables? ¿Quién fue el desalmado que se atrevió a echar a una familia sin sustento a la calle? Después arreglaría eso.

—Trabaja desde entonces en el barrio Kisaeng. —Confirmó para sí mismo—. ¿Pretendientes?

—Al parecer el joven Park no está interesado en conseguir pareja.

El doncel del emperadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora