Soulmates • YoonJin •

Ebrio y tonto

Autor: ShookyAndRJ

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Si tan solo se le hubieran advertido sobre ese dolor, si desde sus infantes años le hubieran dado consejos para sobrellevarlo o minimamente una comparativa previa de lo que seria ese sentimiento, jamás se hubiera enamorado del afamado y vil Min Yoongi. Desde un principio hubiera evitado salir de su hogar toda su vida con tal de no conocerlo, de no saber, de no oir, de no sentir todo lo que por él sentía, por su alma gemela, por su destinado, su maravilloso y despiadado alfa, ese hombre que fue su ruina, un traidor de lo peor, la pareja más sucia que le pudo haber tocado, el enemigo de su destino, el que lo asesino sin piedad con tan pocas palabras.

"—¿Con Kim Seokjin? Por supuesto que no estamos saliendo, solo somos buenos amigos, ¿no es asi, Jinnie?"

Hasta se atrevió a llamarlo de aquella amorosa forma, esa que solo oía en sus perpetuos abrazos o al encontrarse en la intimidad de sus cálidas sabanas. Jinnie; sentía náuseas al recordarlo, y parecía que su mente nunca dejaría de presentarle esa palabra una y otra vez, junto con innumerables recuerdos de su relación, desde que lo conoció personalmente para realizar una de sus más exitosas colaboraciones, hasta el día que recibió la eterna marca en su nuca, esa que por la fría temporada, cubría con bufandas o camisas de cuellos altos ante la gente.

El lo sabía, sabía que su relación era un secreto a voces en la industria, algo ocultó de lo que esperaba, Yoongi prontamente hablara al público sin problema, una situación que fuera clara y que por la misma razón no tuviera dudas o rumores. Pero solo basto una pregunta de una sencilla entrevista para saber que ambos no pensaban lo mismo, que el famoso rapero y productor solo veía un amistad con derecho a roce, mientras que Seokjin planeaba una larga vida a su lado con un gran matrimonio y muchos cachorros.

Que desdichado se sintió, hasta con la cámara y el micrófono apuntando hacía el, luego de esa respuesta tan insensible, el afirmó que era así, con una de sus delirantes sonrisas, como si fuera inmune a ello, cuando por dentro se desmoronaba sin creer lo que había escuchado.

Lloró mucho esa noche, terminando por salir de esa prestigiosa premiación, con dos importantes premios en su bolso pero totalmente derrotado, solo sintiendo como sus ojos no dejaban de humedecerse con lágrima pesadas, cayendo una tras otra, y un dolor indescriptible apoderarse de su pecho. A pesar de ser positivo y pensar que pronto todos esos síntomas pasarían, continuó así de devastado por una larga semana, en la que no respondió llamadas ni mensajes de ese cruel hombre mentiroso y de ninguno de sus más cercanos conocidos. Dolido y perdido se dedicó a pederse en su odio, tristeza, y despecho, hasta que la repentina presencia de dos de sus grandes amigos, Hoseok, un agradable y sensato beta, y Jimin, un adorable y comprensivo alfa, lo llevaron sin avisó previo  al departamento propio más cercano, sacándolo de su espeluznante hogar con el fin de borrar todo recuerdo de ese alfa con las confiables y queridas, bebidas alcohólicas.

Sus amigos y el lo sabían, el alcohol nunca era la respuesta, pero a ninguno le importaba, su amable amigo estaba sufriendo y si un vaso, una botella, o una caja de algún vino de extraña procedencia era la solución momentánea, ellos se la darían, sin culpa alguna. Podrían decir fácilmente que eran terribles por ello, pero luego de ver una y otra vez esa entrevista, Kim Seokjin definitivamente merecía embriagarse hasta un coma etílico.

A pesar de que todos en ese departamento sabían que no era un buen bebedor y que solo bastaba con que el vaso tocara sus bellos labios para que en una descontrolada noche, Seokjin de volviera la cereza del pastel en una fiesta; extrañamente esa noche, solo se le vio sumamente molesto sin importar la cantidad que tomara.