Mía Solo Mía [ Completa✔️]

capitulo 50

—nooo!—Me desperté sobresaltada, mí corazón estaba agitado, tenía todo el cuerpo sudoroso.

—tranquila amor, estoy aquí, todo está bien fue solo un sueño nada más.

—s-soñe que te perdía— empecé a sollozar. James me abrazo y me apoyo en su pecho.

—fue una pesadilla, yo estoy aquí— empezó a acariciar mí pelo, yo me aferre a su torso desnudo, *no tuvimos sexo anoche*.

—me prometes que nunca me dejarás sola?— dije en un hilo de voz.

—lo prometo.

Me dio un beso en la cabeza. Después de un rato en silencio James me dijo que descansará, ya que mañana tendremos un día de campo con los chicos, pero me fue imposible volver a dormir, así que me levanté y fui a tomar o comer algo, no tengo hambre pero si se me antoja un chocolate y una gaseosa, tal vez comer todo lo que esté en la cocina. Últimamente estoy muy hambrienta y me estreso por cualquier cosa, también lloro.

—que haces?.

— carajo! Casi me matas de un infarto imbécil— llevo una mano al pecho y con la otra me agarró de la mesada. Para poder hacer todo eso tiré todo lo que había agarrado.

—por que tanta comida? Harás una fiesta o algo así?— se cruzó de brazos y se apoyó al lado de la puerta de la entrada.

—uno, si haría una fiesta no estarías invitado y dos, la música empezaría a sonar a todo volumen— me agaché y empecé a juntar todo lo que tiré.

—conociéndote hasta harías una fiesta silenciosa.

— me ofendes— lleve una mano al pecho simulando que me ofendió, dije que era dramática? Bueno si no lo sabías ahora sí.

— que dramática que eres, por dios!.

—que? Tu quisiste estar conmigo, ahora tu elijes si te quieres quedar o huir como un cobarde, ahí tienes la puerta.

—ya sé! Tienes que actuar, eres muy buena— rodeé los ojos.

—ahora sí me disculpas, tengo que seguir con lo que estaba haciendo.

—y se puede saber lo que estabas haciendo?.

—comer— dije con una sonrisa falsa.

—un día de estos vas a terminar muy mal.

—me importa tres ovarios, no voy a dejar de comer- hablé con la boca llena, me había metido tres malvaviscos— dios! Son riquísimos.

—a ver déjame probar.

—no! Consigue te los tuyos— me gire para que no agarrara ni un solo malvavisco.

—eso es chocolate?— señaló algún punto.

—donde!?.

—ah no, era falsa alarma.

—oye!.

—no son tan buenos, pero tampoco son terribles.

—no puedo creer que caí tan fácil, eso me pasa por hambrienta.

—te lo mereces, la otra vez me dijiste que en el refrigerador había helado de chocolate, y cuando fui a ver no había nada.

—nosé de que estás hablando, yo nunca haría eso, me estás subestimado mal.

—si claro, ahora yo estoy loco.

— loco ya estás— lo mire divertida y a la vez asustada el me miro con ambas cejas levantadas y la barbilla un poco inclinada hacía abajo, si sabes a lo que me refiero?. Se perfectamente lo que me esta por venir, así que salí corriendo de la cocina y subí las escaleras a una velocidad que nunca antes corrí.