UNO

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El sonido que soltó la nintendo de su amigo hizo que regresara a la realidad y dejase de perderse en sus pensamientos, algo muy típico de él

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El sonido que soltó la nintendo de su amigo hizo que regresara a la realidad y dejase de perderse en sus pensamientos, algo muy típico de él. Nuevamente otro ruido le distrajo pero esta vez fue su estómago, el cual demandaba comida ya que eran casi las cuatro de la tarde y no había comido nada desde el desayuno.

- Kenma, ¿Quieres ir por un café? El receso que tenemos es breve como para ir a un restaurant. -Mencionó mirando la hora en su celular

- Bokuto me mostró una cafetería que está cerca, no caminarás mucho.


El rostro de su amigo hizo una mueca pero al segundo respondió con un leve "sí" debido a la distracción en el juego. Dicho eso, ambos se pusieron en marcha para salir de la universidad. Era temporada de verano por lo que no pensaba tomar algo caliente, Kenma esperaba encontrar algo refrescante. Por su parte, Akaashi no dejaba de sonreírle al celular, los mensajes de su novio siempre le animaban y justo ahora le decía que también iría a la cafetería. El rubio ya se lo olía, estaba cansado de ser mal tercio pero más le cansaba regresar a pie (Bokuto siempre le daba un aventón).

- Hey, ya vi tu cara. -Rió el pelinegro- Descuida, dice que llevará a un amigo para que estés tranquilo.

- ¿Ah sí? -Aunque no lo crean, sí estaba interesado- ¿Lo conozco?

- Sí, de hecho, creo que quiere sorprenderte esta vez. -El pequeño solo respondió con una sonrisa sincera y siguió caminando a su lado


El camino fue caluroso pero agradecieron enormemente que el local estuviera muy fresco y casi vacío, a excepción de ambos chicos ruidosos que ya estaban gritando emocionados.

- ¡Akaashi! -Gritó el albino, saludando a ambos con la mano- ¡Kenma, sorpresa!


La expresión del chico pasó de la impresión a la emoción en segundos, allí estaba su amigo Hinata Shoyo, quien no veía desde hace meses. Sin dudarlo, corrió a abrazarlo y este hizo lo mismo, dándose ambos mucho cariño. Shoyo no podía dejar de expresar lo emocionado que estaba.

Akaashi también saludó al pequeño rayo de sol con un abrazo para luego sentarse junto a su pareja, Bokuto ya demandaba de su atención y amor.

- Cierto que me pasé con la sorpresa, ¿eh?

- Gracias, Bokuto.


De pronto, un alto muchacho de cabellos negros y desordenados se acercó a la mesa con intenciones de ordenárles esta, colocando los individuales de papel y las servilletas en el centro. Se presentó como Kuroo, con una sonrisa algo seductora que ninguno supo descifrar. Koutaro lo saludó con emoción también, dando a entender que ya lo conocía... seguramente de tanto ir.

- Por allá está el menú entero, completamente legible. Cuando tengan su orden solo van a pedirla a caja. -También puso un pequeño aparato en la mesa- Cuando esté lista, esto brillará con una pequeña luz roja.

Firma Kuroo - ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora