DOS

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Los días pasaban y la dinámica era la misma, Kenma iba a la cafetería cuando acababan sus clases para poder quedarse más tiempo y recibía sus bebidas con mensajes de Kuroo que le subían mucho el ánimo. Cuando el local se vaciaba o no había clientela en caja, se escapaba para sentarse en su mesa y conversar o ayudarle con tareas de la universidad.

Kuroo estudiaba administración de empresas, al igual que él, pero llevaba cursos más avanzados, aún así, prometió avisarle por si le tocaba algún curso que podía hacerlo con compañeros de diferentes ciclos.

- Me alegra mucho que hayas sacado nota alta en tu último examen. -Kenma bebía con una sonrisa- Dijiste que era muy importante para obtener créditos.

- ¡Sí! Gracias por animarme ese día, si no fuera por ti lo hubiera dado muy deprimido.

- Dios Kuroo. -Rió- Tienes una labia impresionante.

- ¡No es cierto! -Se defendió- Sé que soy guapo pero no he salido con mucha gente, no todos tienen buen gusto.


Ambos rieron y el rubio procedió a invitarle un poco de su galleta, llevándole la comida a su boca.

Todos su compañeros de tienda podían ver la química entre ellos y estaban acostumbrados a que, cuando el bajito llegara, dejárselo a Kuroo. A pesar de toda esta coquetería, ellos aún no sabían realmente si estaban saliendo o no, de hecho, la única forma de verse y comunicarse era yendo al café.

- Debo regresar al trabajo pero antes que te vayas, pasa por la barra.


Tetsuro se apresuró a volver a la caja para tomar el pedido de unos clientes, dejando a Kenma confundo en su asiento.

Sus ojos no se despegaron de su persona, le gustaba mucho verle atender a otros. La forma en la que sonreía para ser amigable con los clientes (una distinta a las que le daba a él), su ágil manera de teclear en la caja, la forma en la que acomodaba su cabello... cosas pequeñas que él empezaba a admirar en silencio.

Usualmente no tenía apuro en irse pero esta vez tenía que estar en casa de Bokuto en unas dos horas para una reunión para felicitar a Akaashi, quien había sido aceptado en una agencia de modelaje. Terminó su bebida y se puso de pie para botarla y luego dirigirse a la barra donde el chico le esperaba.

Lamentablemente, justo en ese momento se formó una larga cola en caja por lo que no pudo acercarse a Kenma, aún así, Atsumu fue quien se presentó con un sonrojo en las mejillas, emocionado por su amigo.

- ¡Hola! Soy Atsumu. -Señaló su placa en el pecho- Kuroo ahora está ocupado pero esto es lo que quería darte. -Le tendió cuidadosamente un una bolsa de papel que tenía escrito "Disfrútalo, gatito"- Dice que lo abras en casa.

Firma Kuroo - ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora