Capítulo Único

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Joder joder joder joder...

- Joven Jiang ¿Sucede algo?- se escuchó a su derecha, justo a un lado del pobre chico que temblaba sin parar con la cabeza enterrada fuertemente entre sus brazos.

Joder, como demonios había llegado hasta ese punto?

Ah, si. Ya se acordó.















----Hace exactamente 4 horas ----















El sonido de la alarma resonó en toda la habitación, el estridente "Bip" se repetía una y otra vez mientras un chico de 22 años se reponía de un susto en la mullida cama de color lila. Sus ojos combinados buscaron por todo el cubículo, incluso inspeccionando bajo las mantas en busca de una segunda persona que "Se supone debería estar allí", bufó con un creciente mal humor, fijandose luego de tres minutos de despabilar un pequeño trozo de papel doblado en forma de corazón. Sintiendo como el enojo se iba disipando, cogió el papel leyendo lo que ya se imaginaba.

"Hubo un problema en el trabajo, lamento no poder esperarte.

Nos vemos más tarde en universidad. Te amo ❤️"

Un bufido salió de los labios levemente risueños. Ese tipo de cartas miniatura e inútiles eran el estilo de su novio, habiendo tantos medios para dejar el mensaje, el prefería tomarse el tiempo de doblar esas estupideces y dejarlas con la marca de su perfume junto a la cama. Algo tan innecesario y cursi que solo podía hacer más feliz a Jiang Cheng.

Abriendo un cajón con llave, guardo el pequeño detalle junto a muchísimos más que se "supone también" deberían estar desechados.

Jiang Cheng no era una persona amorosa... Ni expresiva, ni elocuente, ni amable, ni mucho menos considerada. Si se ponía a pensar, no sabía cómo demonios tenía pareja, realmente todo había sucedido gracias al tipo empalagoso, cursi, amoroso y romántico empedernido que era su estúpido novio. El chico que le había hablandado el corazón.

Pero restando todo tipo de pensamientos diabético, salto del colchón para comenzar a vestirse rápidamente, aunque gracias a su alarma podría disponer de media hora más para llegar a tiempo.

Vistió lo más rápido que tuvo a la mano, preparando una taza de café cargado mientras cepillaba sus dientes y metía libros en su mochila. Al escupir el dentífrico y observar su reflejo en el espejo chasqueó la lengua. Su estúpido y altamente celoso novio había dejado su cuello como el mapamundi de algún museo, coloraciones entre morado, verte y rojo se adecuan a su piel de manera preocupante, como si ya de por si las marcas de dientes con residuos de sangre no mostrarán un panorama de abuso. Termino regresando a su habitación para cambiar la camisa holgada por un suéter de cuello alto, torciendo sus labios por doceava vez desde que se levantó cuando su trasero sintió una molestia muy conocida pero a la vez diferente. Lo admitía, le encantaba las noches pasionales que tenía con su pareja pero este era demasiado brusco cuando se emocionaba... Bueno, en realidad siempre era muy brusco.

- Estúpida bestia calenturienta - maldijo entre del entes, moviendo levemente sus piernas mientras tomaba asiento y desayunaba.













Después de comer lo que su pareja muy amablemente le había preparado antes de irse, salió camino a la universidad que no le quedaba ni tan lejos ni tan cerca. En el camino ocupo su mente con música desde su celular, silbando y tarareando de vez en cuando cuando una canción le agradaba.

No tomó más de veinte minutos cuando el establecimiento apareció en su rango visual. Pocos alumnos caminaban de manera tranquila pues la mayoría siempre llegaban en los últimos dos minutos acordados, por otra parte el lugar era... Bueno, era un universidad, no había mucho que decir, solo que camino en dirección a su primera clase, donde el profesora parecía nunca tener un buen revolcón, eso o simplemente no había explicación para su cara amargada de siempre.

VibratorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora