Sentía como todo su cuerpo pesaba, como si cada uno de sus huesos se hubiera vuelto plomo, pronto sintió el frío suelo contra sus rodillas, cada vez la oscuridad se apoderaba más de su vista, estaba tan cerca, podía verlo a lo lejos el hermoso y gran letrero con las nueve letras de toda su felicidad
"Karmaland" pero toda esperanza ya había abandonado su mente cuando sintió como sus rostro impactada contra el suelo y de nuevo, oscuridad...
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¿Hace cuanto no estaba en ese lugar? Habían pasado meses desde la última vez que cruzó el portal y lo único que se repetía en su cabeza era la palabra "Luzu" extrañaba a su niño y esperaba que él también lo extrañará.
Lo primero que hizo fue ir a su casa a dejar su mochila y sacar alguna que otra provisión, pasó por la tienda de regalos, quería comprarle algo tanto en forma de disculpa y de decir que era alguien importante para él y que mejor que un cerdito de peluche.
Cuando estaba por ir a casa de Luzu a lo lejos vio una imponente estatua, no, eran dos, ¿Porqué su niño tenía una estatua al lado de Mangel? Un momento... No, eso no podría ser verdad.
No supo ni cuando, ni cómo empezó a correr, su corazón latia rápido y sus piernas empezaban a arder pero no importaba solo quería saber que lo que vio no era más ni menos que solo una broma, Luzu esta bien, ¿No? Esta en casa con manolo, ¿Verdad? Esta sano y salvo... Entonces porque había una Inscripción en dicha estatua.
"En honor al héroe más valiente de karmaland", el lugar estaba lleno de rosas, jamas las había detestado tanto las flores como en ese momento, su mente se lleno de preguntas y posibles explicaciones a todo esto, no iba a aceptarlo, no quería aceptarlo, no... y entonces colapso.
Un horrible grito se escucho esa tarde, ¿Acaso así sonaba perder a tu alma gemela? Los gritos de Auron se escucharon por todo el pueblo y vaya que la noticia se exparcio rápido pues pronto se encontraba uno de los heroes en el lugar.
El híbrido de oso lo abrazaba con fuerza buscando calmar su llanto y su dolor, el lo conocía, sintió ese dolor cuando perdió a Brayan... Y luego Mangel... Por eso se prometió no dejarlo solo cuando regresará.
-Auron... - Mormuro aquel chico ya con cabello castaño-
-E-Él... L-lo deje solo... ¡LO DEJE SOLO RUBIUS! - Los gritos mezclados con los hipidos que causaba el llanto, de verdad estaba destrozado-
-Todos Auron... Todos lo dejamos, deja de culparte por algo que no sabias -La voz de Rubius tranquila, sonaba como una mamá cuando consolaba a su hijo-
Auron simplemente se aferro a la sudadera de su amigo mientras el llanto desconsolado no paraba, pudo hacer más, pudo estar en karmaland y evitarlo, ayudar a su niño pero prefirió quedarse lejos... Por sus estúpidas inseguridades, ahora, ahora no tenía nada.
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