Capítulo 17

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Magnifico.

Hermoso.

Perfecto.

Esto es una mierda.

Al verme en el espejo de los cambiadores de chicas  y ver mi cuerpo “cubierto” por el uniforme de porrista siento vergüenza, enseña demasiado, se supone que el mío tenía que ser un poco con más tela, pero no, me dieron el más pequeño. Siento que ando con la mitad de mi trasero al aire y que mis senos se ven muy descubiertos; demasiado para mi gusto.

Oh Dios mío, Dylan enloquecerá al verme y no exactamente de la buena manera.

Las chicas chillan diciendo lo hermoso que es este puto uniforme —Minnie, te ves hermosa —chillan todas y sonrío forzadamente —Tus piernas son hermosas y tienes un excelente cuerpo —dice Leila, la encargada de todas las porritas.

—Gracias —murmuro mientras termino de peinar mi cabello.

Es obvio que tengo buen cuerpo, después de todo he pasado todo este tiempo metida en un gimnasio, entrenando, aprendiendo como pelear.  

Dan un aviso para que vayamos saliendo a dar nuestro espectáculo, todas caminan frente a mí sonriendo y dando brincos con los pompones moviéndose mientras yo estoy aquí a punto de morir de un infarto por el miedo que tengo.

¿Y si algo sale? Si me caigo y me golpeo ¿Y si muero? Mierda, mierda y más mierda no quiero morir en mi primer intento como porrista.  

Anuncian nuestra entrada y todas pasan haciendo una vuelta hacia al frente cuando es mi turno lo hago y milagrosamente caigo perfectamente.

Tiene que valer la pena todas esas horas entrenando las saltos de porristas, tu puedes Minna.

Hacemos nuestro acto y todos aplauden y chiflan. Se pueden escuchar alguna que otra vulgaridad por parte de los chicos, pero nada anormal; según Leila.

Nos hacemos a un lado y anuncian la entrada de los equipos, al frente vienen los capitanes y ahí estaba Dylan con su uniforme puesto, se ve tan guapo… tan deliciosamente sexy…

Grrr, delicioso trasero.

Él me busca con la mirada y cuando me encuentra me saluda con la mano  y yo sacudo mis pompones.

Los Evans gritan como locos cuando empieza el partido, gritan cosas como:

Minna tu puedes

Te doy ocho hijos (April es la que dice eso)

Mueve tu trasero (Alex)

Gritan apoyando a Dylan y algunas veces algunas groserías que me hacen reír mientras yo hago algunos trucos bonitos que hacen las porristas. Río al ver como una de las morenas que es porrista empieza a mover su trasero al ritmo de Anaconda.

Pero siento de nuevo eso, eso tan raro que me dice que alguien me vigila, que el hombre tenebroso de ojos violeta está cerca. Lo busco tratando de disimular, veo a Joseph que también lo busca y cuando su mirada se fija al frente sé que lo encontró.

Mi mirada viaja a donde se ubica la de él, ahí está; Thomas. Su sonrisa es tenebrosa y sus ojos violetas están viéndome, me siento mal. Todo se mueve y me tengo que agarrar del hombro de Leila que me pregunta sí estoy bien, yo asiento pero es mentira, tengo ganas de vomitar y siento que vuelo. Sus misteriosos ojos siguen sobre mí y cada vez me siento peor, hasta que el silbato del árbitro suena, es ahí donde todo vuelve a la normalidad. Después de recuperarme vuelvo a ver dónde antes estaba Thomas, pero no está. Desapareció, como un fantasma.

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