Capítulo 3

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EMIL

Nunca en mi vida una espera se me había hecho tan agonizante, no saber qué pasa con mi princesa me está matando, la doctora hace 15 minutos había salido y nos había dicho que iban a operarla pero no nos dio un por qué.

-tranquila amor –le repetía una y otra vez Walter a Heidi al oído –ella va a estar bien, solo ten fe –yo también me decía eso, necesitaba estar tranquilo y evitar entrar en colapso nervioso.

-Emil ¿estás bien? Estas muy pálido –me dijo la mamá de Minna.

-solo nervioso –le dije y llevé una uña a mi boca –espero que todo salga bien –suspiré.

***

Abrí mis ojos al escuchar movimiento cerca de mí, la familia de Minna estaba de pie hablando con la doctora –dígame doctora ¿Cómo está mi hija? –escuche a Walter preguntar.

La doctora bajo la mirada y sentí una punzada en mi corazón  -lamento decirle que Minna no soporto la operación

-no –susurre –no puede ser –volví a decir y todos me volvieron a ver con los ojos llorosos –díganme que es mentira que Minna está bien –caí de rodillas y no me intereso golpearme porque el dolor físico no se compara con el dolor que siento en mi interior.

-no –gritó Heidi causándome mucho más dolor –¿Por qué mi niña? –le dijo a su esposo -¿Qué vamos a hacer sin mi niña? –la doctora abrazó a Heidi y le empezó a susurrar cosas al oído las cuales yo no podía escuchar.

Me puse de pie y salí corriendo del hospital, no podía quedarme ahí, necesitaba desahogarme, quería gritar y maldecir a todo lo que se me apareciera, subí a mi auto y arranqué. Maneje a toda velocidad hasta mi casa, cuando entré corrí hasta mi habitación. Y saqué uno de sus vestidos y lo abracé como si eso la hiciera volver conmigo –Minna por favor vuelve –gritaba mientras abrazaba y olía su vestido que aún tenía su suave olor, tomé la foto que tenía en la mesita de noche y delinee su figura con mi dedo -¿Por qué me dejaste princesa? –besé su foto y limpié mis lágrimas –te amo tanto –mi mamá entró a mi habitación pero no me interesaba su presencia yo solo quiero a Minna conmigo.

-¿Qué pasa bebé? ¿Por qué lloras? –me abrazó y me aferré a ella.

-Minna –sollocé –mi princesa está muerta.

Escuche un gritó ahogado por mi mamá -¿Por qué? ¿Ella estaba mal? Pero si hace poco te la llevaste de aquí ¿Cómo pasó?

-cuando me la lleve estaba muy mal –volví a sollozar –tenía que hacerle una operación de no sé qué y no sobrevivió –mi mamá acariciaba mi espalda –¿Por qué ella mamá? ella es mi vida ¿Qué voy a hacer sin ella? –me empezó a cantar como cuando yo era niño.

Me tranquilicé un poco pero igual no podía borra el hecho de que mi princesa no va a volver y que no voy a tocar su rostro, no voy a sentir su piel en la mía, sus labios sobre los míos.

En los brazos de mi madre quede profundamente dormida.

***

Hoy despedíamos a mi princesa, estábamos todos sus amigos, familiares y algunos desconocidos. La mayoría lloraba, yo al parecer me había secado porque de mis ojos ya no salían lágrimas, el dolor era en el interior, sabía que mi rostro mostraba lo mal que me sentía y ahora viendo a los papás de Minna me doy cuenta que todo es verdad y no un sueño.

Su entierro terminó yo me acerqué al agujero donde meterían su cuerpo para ya nunca volver a verla, tiré un girasol que era su flor favorita –te extrañaré pero siempre estarás en mi corazón y en mi mente –me di la vuelta y me fui a mi auto sin despedirme de nadie, quería estar solo.

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