LA HIJA DEL REY

CAPÍTULO 2

Megan ya tenía 16 años y se estaba alistando para salir al bautizo platicando con las sirvientas de porque solo había un hombre y habían sirvientas, porque ella, al estar todo el tiempo sola en el castillo, sus sirvientas le habían enseñado un poco de cada cosa y su papá matemáticas porque era muy buena pero al estar haciendo sus cuentas no le salían. Las sirvientas, al saber la regla de su rey, trataban de evadir por cualquier recurso esa pregunta pero cada vez tenían menos pretextos o excusas y tardaban más en contestar por lo que Megan cada vez sospechaba aún más.

Mientras tanto el rey tenía que hacer muchos planes. El primero era llegar a la iglesia sin que su hija viera a ningún hombre y empezando con eso el rey se estresaba mucho pues faltaban 2 días para que su hija cumpliera 16 y no llegaba a una solución pues si daba una convocatoria a todos los ciudadanos, su hija vería a los hombres y a parte él nunca daba convocatorias, pues en su reino, si alguna persona tenía alguna petición, una mujer debía ir con el rey para dar la noticia. Y por otro lado otro aspecto que preocupaba al rey era que si ella iba a ver al sacerdote se iba a dar cuenta de que el sacerdote era también un hombre y tendría que dar una explicación por eso.

El rey casi ya no dormía rompiéndose la cabeza con estas situaciones hasta que por fin tuvo una solución para sus problemas. Cuando su hija esté durmiendo un ayudante debía de ir con el rey. El rey le daría una hoja por escrito en la que dijera que ningún hombre podía salir de su casa en el día del cumpleaños de su hija y así diría la noticia a todos para que estuvieran bien informados y, en caso de no cumplir dicha regla, serían inmediatamente ejecutados. En realidad el rey no quería ejecutar pues él odiaba la violencia y la sangre pero tenía que tomar otras medidas para que la gente lo obedeciera y esta no era la excepción. Cuando por fin llegó el cumpleaños el rey ya tenía absolutamente todo listo y preparado para partir, al igual que su hija.

Por su parte Megan se sentía entre nerviosa y extraña pues ella nunca había salido del castillo y solo veía una parte del reino de su padre pues aunque veía al exterior en ese lugar nunca se asomaba un solo hombre y aparte no sabía qué cosas había más allá de ese pequeño pero bello reino.

Después de los preparativos y de que las sirvientas hayan preparado el almuerzo, se dispusieron a ir a la iglesia.

Ahora bien en ese entonces había un pueblito muy pero muy pobre en el que vivía un adolescente de 16 años llamado Justin. Justin era fuerte, delgado y rubio, pues se necesitaban esas cualidades para poder mantener a su familia, pues su padre había muerto a temprana edad y su madre tenía 2 hijos más y el, al ser el mayor, tenía que cuidar a toda su familia. Pronto aprendió a talar madera y un poco después a talarla.

Cada año el agarraba todas sus figuritas y juguetes de madera y las vendía cerca del palacio y en esa fecha, en el mismo día que Megan iba a la iglesia el se disponía a pasar por ahí pues como es un pueblito lejano nadie pasaba por ahí.

Así es que fue a el palacio disponiéndose a vender toda su mercancía y darle una sorpresa a su familia. Para cuando llegó al castillo Megan apenas había llegado a la iglesia pero lo que lo había sorprendido mucho es que no había ningún hombre en las calles y estaba completamente solitario todo.

Justo cuando se iba a retirar de ese lugar para regresar a su casa, pasó por la iglesia y en ese entonces Megan acababa de salir. Entonces se cruzaron sus miradas y después Justin se echó a correr.