ONE SHOT.

"Miradas"

"Miradas"

Pov Natasha.

La semana había sido completamente movida en la oficia, no podía siquiera sentarme en mi ordenador a adelantar papeleo de algún caso que hubiese tenido en esos días, uno más peligroso que otro aun sentía los nervios cuando recordaba que por poco y unos segundos no hubiese quedado nada de mi cuando el lugar donde tuve que ir con los chicos por un atentado avisado gracias a los tatuajes de Jane había sido descubierto; aun me dolían las piernas y el brazo de cuando había caído al salir del edificio.

No había tenido descanso de aquello y ya había pasado una semana, aunque tuve un día libre no me había alcanzado para descansar lo que según yo necesitaba, aunque si bien decía y pensaba aquello, quedarme sola en casa no me ayudaba para nada, sentía que me volvería loca, aun con todos los riesgos que tenía en mi trabajo, era lo que me gustaba hacer.

Salir cada mañana con la incertidumbre de saber que algún loco armaría un desastre y poder detener aquello, aunque había veces que no todo salía como quisiéramos intentábamos con el equipo hacer lo mejor que podíamos.

Salí de la oficina de Kurt para mirar mi ordenador y estar al día con alguna reunión que acaso hubiese olvidado, cuando un vaso de cartón frente a mí se había posado de la mano de piel blanca con dedos delicados, en el vaso estaba escrito un "Tash" junto con un raro corazón, la chica o chico de la cafetería al parecer aquella mañana no quería andarse con cursilerías, pensé al ver el intento de corazón ahí, mire a la persona que había traído el café humeante frente a mí.

No tuve que siquiera mirarla para saber que no se trataba de nada más y nada menos que de la rubia que ocupaba siempre el laboratorio donde era líder, nuestra querida Patterson, que sería de nosotros sin ella era mi pensamiento siempre que decía con orgullo como había descifrado algún tatuaje en los que llevábamos tiempo trabajando.

-Con dos de azúcar y un chorrito de leche –dijo cuándo me miro sonreírle

-Bueno, por lo menos tú me escuchas cuando digo como me gustan las cosas –tome el café dándole un sorbo –está delicioso, gracias Patt.

Me puse de pie después de ordenar un poco el desastre en mi escritorio olvidando por completo hacer lo que tenía pensado antes que la rubia con los ojos más hermosos de este mundo me sacara de mi concentración, ahora solo podía concentrarme en lo rico que olía con de su perfume y el aroma de sus ondas rubias, sin dudas era un shampoo con olor a frambuesas o algo así.

Caminamos a paso lento por los pasillos de la oficina, al fin libres de un poco de la tensión del trabajo, y ahora que no tenía en que poner mi mente a ocupar, no podía dejar de pensar en Patterson, y aquello sí que me estaba matando todos los días cuando estaba en casa, sola en la noche y ni siquiera la música me podía hacer olvidarla.

Tenía algunos meses sintiendo cosas que al principio me desconcertaban, teníamos años trabajando juntas, conociendo a su ex novio, que fue difícil aquello cuando la vi tan mal y por meses sufriendo cuando la fatídica noticia había llegado, aún recuerdo como su cara se descomponía al escuchar la voz de la otra persona en la línea, lo primero que hice fue colocarme a su lado y ayudarla a estabilizarse, todos y cada uno del equipo la acompaño al hospital, el día de decir el último adiós y en los momentos en que la rubia terca decía que podía trabajar sin importar nada, que ella era capaz de seguir.

Todos dejaron que las insistentes palabras de "estoy bien chicos, vamos que los casos no se resuelven solos" saliendo de manera jocosa de sus labios les engañaran, pero yo sabía que ella no lo estaba, que se estaba escudando en trabajo, no podía dejar que ella estuviese sola, ahora sentía más que nunca que debía protegerla.