Buenas tardes tengan todos los presentes, espero que el capítulo anterior haya sido de su agrado, muy en el fondo sentía pavor a la par que pánico de retratarme en un estado tan deplorable y junto con ello. Mis mayores miedos latentes.
Independientemente de todo, aquí estoy para continuar la historia.
*º*
Lobo estaba completamente feliz, revoloteando a los lados de nosotros. Su cuerpo blanquecino con detalles morados se veía tan hermoso. Era como si un enorme dragón nos arropase, la luz clara que se filtraba por las hojas verduscas de aquellos árboles gigantescos lo hacían ver muchísimo más imponente. Sostuve a Oveja con mis manos, las ubiqué en sus hermosos cachetes que estaban sonrojados bajo la misma iluminación.
Sus ojos carmesí brillaban con un maravilloso fulgor, estaba tan perdido en su mirada... Nos quedamos observándonos mutuamente por un par de minutos, yo no podía creerme a quién acobijaban mis manos, su piel tan cálida entremezclándose en mi agarre con su cabellera risada. Un viento delicado acarició sus enredados mechones de cabello y comenzaron a alzarse en vuelo, era algo que no podía describir. Los colores violetas de los pelos de Oveja se fundían en mí. Mientras que el pelaje blancuzco de Lobo se posicionaba en nosotros.
La paleta de colores que yo conocía en mi vieja vida no alcanzaba para denotar y alcanzar a cubrir todos los pigmentos que lograba observar. Oveja tomó una de mis manos, la derecha. Y posó toda su mejilla en mi agarre. Me sentía el ser humano más feliz que existe, tenía a la chica de mis sueños bajo mis manos, sintiéndome con todo su pequeño pero perfecto cuerpo.
-Ove-ja... Nunca en mi vida, ni en la anterior pensaría que estaría tan cerca de algo tan puro e intachable. Antes de despedirme de mi existencia en el anterior plano, tenía tu voz en mi mente. Retozando cada lugar de mi cuerpo,... Te pensé incluso cuando no podía albergar nada en mi psique-Callé, a su vez. Lobo se rió con mucha malicia mientras se posaba cerca del hombro derecho. Oveja, por su parte. Estaba aún más sonrojada que antes, su mirada pasó de rozar con premura y ternura mis ojos verdes, a mirarse con muchísima vergüenza sus hermosas pezuñas.
Después de escuchar mis comentarios, Lobo entendió que Oveja había sentido algo. A pesar de todo. Ellos eran parte de la misma esencia, y sentían exactamente lo que el otro en cualquier momento; si a uno le ocurría un cambio de humor. O tenían una mala experiencia, su semejante socorría el sentimiento en lo más profundo de sus cuerpos espirituales. -Oveja, ¿Qué pasa?-Dijo Lobo con una sonrisa socarrona.
Oveja mantuvo la cabeza abajo, no quería mirar hacia su contra parte. Estaba completamente avergonzada de lo que le había dicho. Yo me limité a sonreírle de manera honesta, -Por favor, mírame a los ojos cuando te hablo, mi hermosa corderita-Ella se sobresaltó de manera infantil al escuchar mi comentario hacia ella, sus manos se posicionaron en su cara. Y comenzó a alejarse dando pequeños pasos de espalda.
Habrá recorrido menos de dos metros antes de que se cayera por culpa de las irregularidades del terreno. Cayó de bruces, mientras que Lobo reía por la escena. Yo simplemente me limité a caminar de manera suave hacia donde estaba ella sentada, y comencé a acariciar su hermosa cabellera violeta. Desde las afueras parecía que estaba consintiendo a una mascota. Esto me causó una leve sonrisa, agachándome hasta estar en a su altura le susurré en su oreja izquierda.
-Siempre me has parecido la chica más hermosa del mundo, no tienes por qué avergonzarte de mis palabras. Soy tu más fiel admirador-Lobo siguió riendo escuchando mis comentarios. -De-deja de reírte Lobo, tú solo piensas en comer y cazar-Dijo la más pequeña en pequeños sollozos sonrojados.
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Regresando a ti
RomanceLas relaciones interpersonales para cada individuo suelen ser de distintos calibres a la par que de variopintas maneras. Sin embargo, el ser humano ha demostrado la capacidad de otorgarle en mayor o menor medida una carga afectiva, a objetos materia...