𝓜𝓪𝓷𝓾𝓪𝓵𝓮 𝓭𝓮𝓵 𝓟𝓻𝓸𝓲𝓫𝓲𝓽𝓸 ◇ 𝕁𝕚𝕟𝕋𝕒𝕖 ◆ ᎯᎠᎯᏢᎿᎯᏨᎨÓᏁ

◖sedici◗

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El traje era realmente precioso, así que me lo probé, justo como Jihye lo hacía con los vestidos que había elegido. Mientras que Seokjin esperaba sentado afuera.

- Se te ve hermoso - dijo Seokjin, cuando Jihye le preguntó qué tal, entre tanto que yo me esforzaba por meterme en el pantalón, torpemente.

Me pregunté qué color era ahora el que Jihye vestía, ya que se había probado primero el vestido en tono tinto. Corrí la cortina y salí del vestidor cuando por fin logré acomodarme el elegante atavío.

Jihye y Seokjin me miraron, asombrados.

- ¿Me veo tan mal? - pregunté, un poco cohibido ante ambas miradas de alucinación.

- ¿Mal? Dios, Taehyung, el traje es hermoso, te ves genial - me dijo Hye acercándose a mí.

- Te ves encantador - musitó Seokjin, como un escultor admirado de su propia obra.

- ¿Dónde encontraste el traje? - me preguntó, maravillada.

- Pues, Seokjin... me ayudó a encontrarlo - admití, aunque debería de haber dicho, "Seokjin lo eligió"

- ¿En serio? - se sorprendió Jihye - No tienes malos gustos, Seokjin - dijo y rió.

- Gracias.

Me sentí muy observado así que decidí hacerle fiesta al vestido que Jihye usaba.

- Tu vestido es... precioso – dije - Morado, claro. Tu color favorito.

Era un vestido sencillo pero lindo, en tono morado, en corte princesa y unos tirantes que lo ataban al cuello.

- ¿Te gusta? - preguntó Jihye.

- Claro, se te ve estupendo - reconocí.

A decir verdad, el vestido era bastante sencillo, sí, pero Jihye tenía ese no sé qué, que hacía lucir cualquier cosa que se pusiera, aun así fuera la prenda más horrible del mundo.

- Entonces, creo que tenemos los atuendos - dijo, satisfecha.

Le sonreí, tímido.

- Jihye, no tengo con qué pagarlo - dije, el precio del traje no era para nada barato.

Jihye explotó en risitas tiernas.

- No seas tonto, Taehyung, yo los voy a pagar - me dijo.

- ¿Qué? No, no, no - negué con la cabeza.

- Claro que sí, y no quiero protestas. Anda, cámbiate para ir a pagarlos - me empujó hacía el vestidor y ella cerró la cortina, corriéndola de un tirón.

Me miré al espejo, ahora me sentía peor; Jihye era una excelente amiga, ¿y cómo le pagaba yo? Enamorándome de su novio. Suspiré y decidí no pensar en ello, ¿para qué me hacía más daño? Me despojé de la chaqueta y el pantalón, doblándolo sobre mi brazo, para salir cuando ya estaba vestido con mi ropa.

Jihye pagó por todo y aproveché para agradecerle a Seokjin la ayuda.

- Gracias, por elegirme el traje - dije y le sonreí de una forma desconocida para mí.

- Por nada, me alegra haberte ayudado.

Me le quedé mirando, justo como él a mí. Su mirada intensa era como una canción romántica en mi alma, de esas canciones que te hacen desear bailar bajo la luz de la luna.

- Seokjin, Taehyung - nos llamó Jihye y nos hizo apartar la mirada del otro – Vámonos - sonrió.

Me dio la caja del traje y Seokjin tomó la suya para llevarla él, luego se giró a mí.