Tú y yo sabíamos. Sí, lo sabíamos.
Aquello que contaban sobre las vidas pasadas,
lo sabíamos.
Sabíamos sobre el hilo rojo y las conexiones,
y aun así, sabiendo todo lo que sabíamos...
Éramos solo amigos.
La palabra que comienza con A, continúa con M,
y es una S la que le da el final. AMIGOS.
Solo aquello.
Sabía muchas cosas más que tú.
Sabía que fuiste un guerrero, luchaste por mi.
Fuiste un poeta, tus palabras se las llevó la muerte.
Y fuiste mi amante, tu esposa era demasiado ingenua.
Y sabiendo todo aquello... Aun éramos amigos.
Pero nunca de los comunes, eso jamás.
Un día podíamos contarnos todo,
y al otro besarnos apasionadamente,
y al otro sentir las caricias y el amor.
Algunos ignorantes dirían "amigos con derechos".
No. Porque si así fuera, el amor no se sentiría.
Y yo cada vez que sentía tu roce, sentía amor.
Te escribí poemas los cuales deseche,
pero me quedé con uno.
Le puse música y pasión.
Y tú dijiste que enamoraría a cualquiera.
Pero tu no eres cualquiera,
y tampoco quería a otro.
Quería tu mano sobre la mía,
y tus labios imponiéndose sobre los míos.
Sabíamos tantas cosas,
sabíamos lo que no debíamos.
Lo que cualquiera ignoraba, lo sabíamos.
Y, aún así, fuimos solo amigos.