El libro que Alysia estaba leyendo definitivamente no llamaba para nada su atención; de por sí ella no era muy dada a la lectura, sin embargo, sabía que las palabras tenían poder, más de lo que muchas personas podrían llegar a comprender e incluso imaginar, su madre -o como ella la llamaba para enojarla- doña Valerie, se lo había enseñado desde que era pequeña y ella no dudaba de eso, pero a veces se le hacía muy tedioso ver más de doscientas páginas juntas y que no se le escape un bostezo.
Mientras sus ojos recorrían las páginas de aquel libro tan aburrido y su mente se perdía en las memorias de su madre entregándole cuentos como Peter Pan, Alicia en el País de las Maravillas, Coraline hasta novelas como Hamlet, Sherlock Holmes e inclusive Historia de Dos Ciudades, ella sentía como su vista se tornaba un poco borrosa y su garganta y labios algo más secos, parecía que eso hubiera pasado mil años atrás y no hace algunos años; cuando no tenía ni la más mínima sospecha de que su madre escondía secretos, ni que ciertas cosas a tus dieciocho años parezcan como el infierno.
"¡Alysia me comí tu última porción de galletas!", -gritó Evangeline, su hermana de dieciséis años que odiaba cuando no le prestaban atención mientras hablaba, lo que justamente Alysia había hecho al abstraerse en anteriores recuerdos.
"No, no lo hiciste; primero porque sabes que me tendrás que reponer el paquete entero y eso antes de que te arrincone en la pared con mis habilidades en defensa personal, y segundo, por que odias que te ignoren, así que lo único que buscabas era llamar mi atención, Yellow." Yellow había sido un apodo que Alysia le había puesto a Evangeline cuando tenía seis años, porque según su criterio, la última parte del nombre de su hermana sonaba como el color amarillo en inglés y también porque para ese entonces Evangeline era tan pálida que parecía tener la piel de color amarillo.
"A veces odio que seas mi hermana y me conozcas tan bien, ah, y también que puedas matar a alguien pulsándole un nervio del cuello, siendo sincera atemoriza un poco", bromeó Evangeline.
"Y yo a veces odio que seas una hermana que no me deje en paz y que uses blusas que parecen atacadas por explosiones de pintura." Y era cierto, Evangeline era muy independiente, pero siempre buscaba a su hermana por lo más mínimo, inclusive para ir a devolver blusas excesivamente llenas de color que ella consideraba bonitas hasta que llegaba a casa y las detestaba.
"Esas explosiones de color hacen mi estilo único, pero, no era por eso que intentaba atraer tu atención, quería preguntarte si habías averiguado algo de lo de mamá, ya sabes, sobre esa vida disque secreta que dices que tuvo antes de tenerte." Inquirió su hermana, sus ojos azules como un ocaso de color índigo mirándola con burlona curiosidad aunque no sin algo de preocupación, quizá se preguntaba si su hermana no se había vuelto la clase de loca que es digna de llevar al manicomio.
"Sí, descubrí algo sobre Valerie, un nombre en específico junto con una foto en su cajón esta mañana, parecía una especie de nombre extranjero el que estaba escrito detrás de la misma, junto con su nombre y una especie de símbolo a la derecha." Y era cierto, como también lo era el hecho de que ella creía que su madre tiempo atrás estaba metida en algo serio y que ella también estaba involucrada en eso; sus sospechas empezaron, cuando una vez, su madre le habló de las aventuras de nosotros como personas, pero había tanta pasión en el relato que a Alysia no le quedó la menor duda que ese relato guardaba historia. La foto parecía haber vivido tiempos mejores, tenía uno de sus bordes rotos, estaba algo descolorida y a simple vista parecía el tipo de foto que se ha doblado y desdoblado muchas veces; en esta se encontraban una chica alta, de pelo negro como las huestes del infierno y con ojos azules que brillaban con inteligencia, y a su lado, un chico alto y un poco robusto, de ojos color chocolate y su piel contaba con un tono canela, estos se reían mientras posaban para la foto, como si alguien les hubiese contado el mejor chiste de todos los tiempos.
Alysia le relató esto a Evangeline y ella le dijo: "A veces tu capacidad imaginativa me da miedo Als, aparte, ¿no crees que si mamá considera esto importante ya nos lo hubiera dicho? Ella nunca nos ha ocultado algo, ya lo sabes, así que creo que tu papel como el reemplazo de Sherlock Holmes aquí ha de terminar."
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El acto de descender
FantasyAlysia sabía que su pasado ocultaba algo desde que tenía memoria, simplemente lo había evitado durante dieciocho años; pero ahora ya no puede hacerlo, la necesidad de una aventura la hace investigar los secretos de su pasado, los cuales la llaman y...