Me pare al instante, al igual que el chico, él se puso
frente a mi mientras me ayudaba a recoger el libro y
me lo dababa.
-Discúlpame no te vi
-No importa, yo soy una torpe y ahh solo perdón. -El
me miro, para luego apartar su vista hacia mi libro.
-¿No crees que es un poco tarde para estar leyendo y
más en este lugar?
-Ah, pues si, pero en mi hogar hay un desastre.
-¿Eres tu la hermanaa de Samantha? -Alcé mi vista y vi
cómo era él, el chico con el Samantha había salido
antes de dejarlo por el estúpido de Harry.
-Prefiero que me digas lea en lugar de “Hermana de
la zorra de Samantha".-El comenzó a reir, mientras
mis mejillas se comenzaban a sentir calientes. Di una
risita nerviosa y mire nuevamente al libro.- Bueno yo
me tengo que ir. Adiós ....
-Thomas, mi nombre es Thomas.-Dijo y me extendió
la mano.-¿Quieres que te lleve a casa?
-No.-Dije rápido y el me miro desconcentrado.-No
gracias, ya estoy por llegar. Además, ¿Qué haces tu a
esta hora?
-Ah, pues viene digamos que a tu casa.- Mierda, había
venido a ver a Samntha-Si, fui con Samantha pero ella
se perdió y no la encontré.
-¿Tu y ella aún son..? -Dije mientras dejaba la
pregunta en el aire, esperando a que el contestará,
pero no lo veía muy cómodo así qué.- Sabes que no me
importa, lo lamento. Me tengo que ir adiós Thomas.
Salí corriendo con dirección a mi casa, la música
había terminado y los coches que había afuera ya no
estaban. Entre mientras veía como había miles de
botellas de cerveza. Mire a mi derecha y en el sofá
estaba Harry mas dormido que nada, estaba
haciendo frío por lo que le puse una manta. Puede
que el fuera un dolor de culo conmigo, pero yo no lo
era con las personas, no me gusta ser mala persona
así qué hacía lo posible por portarme amable. Subí a
mi habitación pero solo encontré un desastre en él
Mire las paredes que antes eran blancas, ahora solo
llevaban letras como “GORDA”, “HIPOPOTAMO” “VACA”
e insultos más feos. Mire toda mi habitación, no podía
creerlo; mire hacia la puerta y vi un Harry con una
sonrisa triunfante me miraba con asco. Sentí como
las lágrimas salían de mis ojos, lo mire directamente a
los ojos, ellos no tenían aquel brillo de cuando lo
conocí; ahora solo era un verde obscuro.
-¿Por que lo haces? -Susurre mientras me paraba
frente a él. -¿Te divierte todo esto? Porque en lugar de
hacerme sentir una mierda no me matas y así
terminas con el dolor. -Sus facciones cambiaron,
ahora ya solo tenía el ceño fruncido mientras daba
una gran risa.
-¿Crees que matarte sería? Mira cerda, si te
matará ya no tendría diversión como ahora que estás
tu.
-Veté de mi habitación. -El sonrió por último y salio
pero sin antes decir.
-No seas tan ridícula por favor, por más que seas
amable conmigo, vas a seguir siendo un asco para mi.
¿Entiendes?
Sin más se marchó, dajandome sola, sola como
siempre estaba mi vida. Llore por toda la noche hasta
que quede dormida. Yo me merecía todo lo que me
estaba pasando, lo merecía por ser un cerdo.