La cita y la cena

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(Alicia)

Había sido un día agotador. Estaba en la estación de buses esperando al noventa y nueve para que me llevara a casa. Iba a tener que prepararme para una cena que no tenía muy claro si era una reunión de trabajo, de amigos o una cita con dos hombres.

Llegué a casa y abrí la puerta arrastrando los pies por el felpudo. 

-¡Hola, buenas! ¿Hay alguien?

-Sí, hola cariño. ¿Qué tal ha ido el día?- me respondió mi madre desde el comedor.

-Ajetreado pero muy bien, gracias.

-Alicia, un chico te ha traído unos paquetes- me dijo mi padre.

-¿Unos paquetes? Pues a ver si se ha equivocado. Ya sabéis que yo no pido nada por internet porque prefiero comprarlo en físico- les dije malhumorada.

-Nena, el repartidor que lo ha traído nos ha dicho que eran para ti y que estaba todo pagado, incluido el transporte. Mira a ver qué es y no te enfades- me dijo mi madre.

-A lo mejor lo ha pedido Lidia y lo ha puesto a mi nombre- dije de manera más sosegada.

-¿Quién es Lidia?- preguntó mi padre.

-Su amiga. ¡Es que no te enteras, Manuel!- le dijo mi madre.

Fui a mi cuarto y perpleja vi las cajas que anunciaban, con sus logos de relieve, marcas de alta costura.

Abrí primero la grande que era de un blanco impoluto. Entre papeles de seda color melocotón, se encontraba un vestido de cóctel verde oscuro. Era ajustado, de mangas trasparentes que, sin duda, darían un toque sensual a la afortunada que lo llevara. La pieza llevaba distintos bordados florales en pedrería verde, de un tono más claro que el de la tela del vestido.

Los tejidos eran buenos y, metería la mano en el fuego de que el bordado estaba hecho a mano. Este vestido era muy caro para el nivel de vida que yo llevaba. 

"Debe de ser una equivocación y espero que no tener que ir a juicio por ello".

Una llamada entrante hizo vibrar mi móvil y el ruido me sacó de mis pensamientos. 

"¿Quién será el pesado? No me gusta que me llamen y encima es un número desconocido; colgar". 

Al minuto de colgar me volvió a llamar el mismo número y esta vez lo cogí. 

"Como sea una compañía de teléfonos bloqueo el número y lo añado a la lista negra".

-¿Diga?

-Hola, Alicia. Soy Andrés.

-¿Cómo es que tienes mi número?- le pregunté extrañada.

-De los datos de la empresa- me contestó sin más. -No te llamo por nada del trabajo...- como seguía sin contestarle siguió hablando él. -¿Te han llegado los paquetes?

-¿Has sido tú el que me ha comprado el vestido?

Andrés eludió la pregunta y me contestó: -Tomás es quién ha elegido la ropa. ¿No te gusta?

Su tono de voz era cordial mientras que el mío reflejaba lo perpleja que estaba, y cada vez más conforme avanzaba la conversación.

-Sí me gusta pero...- él me cortó.

-Me alegro. Esta noche nos vemos en la cita.

-¿Es una cita?- pregunté alarmada.

-Sí.

Su "sí" fue rotundo. Al menos ya tenía respuesta a lo que iba a ser la cena de esta noche.

-¿Con los dos?

Dos AnillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora