Lágrimas de Sangre [WangXian].

Capítulo 2: Acuerdos.

Lan Zhan se apresuró a tomar a Wei Ying completamente en sus brazos, este solo le dio una suave sonrisa antes de cerrar sus ojos. El de vestimenta blanca no entendía porque había cerrado sus ojos, se alarmo de forma rápida intentando buscar una herida o algo que le ayudara a saber porque había cerrado sus ojos, ninguno de las personas pertenecientes a las sectas se habían movido aun ataque. Reviso su pulso, para saber si todavía lograba un gramo de vida. Pero no paso nada de nada, ahí estaba muerto.

-¿Wei Ying? ¡Wei Wuxian despierta! ¡Despierta!-Exclama de forma triste, lo que a su vez se aferro más hacía el como queriendo buscar una oportunidad de que le confesara todo, de que pudieran hablar de la manera más paciente.

Horas antes de llegar, a lo que a su vez de confesar todo. Wei Wuxian había bebido gran parte de un veneno, el media el tiempo y las cosas necesarias para poder acabar con aquel sufrimiento, no tenía a nadie, perdió todo lo que necesitaba. Solo quería ver por última vez a Lan Zhan, y poder dormir para siempre en sus brazos, la muerte del Patriarca Yiling solo fue cometido por el más grande suicidio.

-¡Wei Ying!-

Otro grito adolorido salió de los labios de Lan Zhan, haciendo que se aferrara a el. Estaba demostrando cada parte de sus sentimientos de tristeza por perderlo de esa manera, lo abrazo como si no hubiera un mañana.

Lo había perdido todo, no le quedaba nada.

Aunque la noticia de la muerte inesperada del Patriarca Yiling se esparció todos pudieron celebrarla, en lo cual fue cobarde su manera de morir. En ese caso, prefirieron terminar por hacer saber que la relación prohibida entre Lan Zhan y Wei Ying solo era cosas que hacían unos jóvenes sin experiencias, aunque esa misma noche Wangji había desaparecido con el cuerpo de este, nadie sabía donde había sido enterrado o cremado.

Muchos meses pasaron para crear una teoría sobre eso.

Un Lan Wangji implorando el regreso de su amado y a la vez la perdida de su hijo o ver a un cultivador renegado que no ha dado la cara para darle una explicación a la secta.

Solo el mismo Lan Zhan había sentido una punzada en su corazón, que lo hacía más callado que antes. En memoria a su hijo y esposo, no tuvo más opción que cremarlos, hacer que sus cenizas se convirtieran en dos hermosos anillos, donde el mismo podía llevarlas para siempre. Al regresar a Gusu Lan, la gente de su misma secta parecía verlo como si fuera una persona desconocida.

Meses sin estar ahí luego de la tragedia, no era para bueno.

-¿Te atreves a venir luego de que te fueras con el cuerpo del Patriarca Yiling?-Cuestiono Lan Qiren mientras llevaba una mano a su rostro, para poder acariciar parte de su frente.

-Tío, no es necesario empezar con estás preguntas. ¡Mira el lado bueno! Lan Zhan está aquí, quiere regresar a donde pertenece, además...se que mi hermano tendrá sus razones para comentarnos la verdad-

-¡Una de las reglas era no mentir! ¡Mintió sobre tener una familia! ¡Mintió al casarse con un hereje! ¡Incluso a entregar un collar por importante para la familia Lan! ¿¡Todavía menciona que tiene sus razones!? ¡Es una decepción!-

Lan Qiren le señalo con asco.

-¡Tío!...-

-¡No más replica Xichen! Sí el decide quedarse asumirá sus propias consecuencias, ese matrimonio que hizo no es para nada valido, menos si ha de regresar como si nada...-Escupió con enojo.

-No regresaré, he venido a renunciar...-

Lo que había comentado Lan Zhan había dejado a ambos sin habla. Con un movimiento natural se quito aquella cinta que posaba sobre su frente para dejarla sobre el piso, Xichen quería comentar algo pero al parecer su tío se había adelantado a ello.