Tras varias horas de desesperada búsqueda, Uriel logra dar con suwie, dentro de una cueva llorando.
—Hey, are you okay honey?— preguntó Uriel.
—¿Qué?...n...n...no se....ingl...es— sollozó Suwie mientras ocultaba su rostro lleno de lagrimas de la vista de Uriel.
—Come on baby don't cry, me duele verte llorar— dijo Uriel.
—No lo entenderías... ¿vos que sabes de la tristeza o el dolor?— gruñó Suwie.
—Mucho más de lo que te puedes imaginar— afirmó el chango.
—Mi dolor es mucho más grande que el tuyo— gritó Suwie a Uriel.
En eso Uriel procede a sentarse a su lado, contar por todo el dolor y sufrimiento que ha pasado en su vida y Suwie al no tener nadie más desdice escuchar a aquel extraño hombre del que comienza a despertar una extraña sensación que ya no era lastima o asco.
—Todos tienen un lugar para estar pero no hay lugar para mi ¿Tengo la culpa? Cuando la culpa y la vergüenza se ciernen sobre mí, como una nube oscura eso te persigue bajo la lluvia torrencial. No es lo que parece cuando no estas en la escena, hay un frío en el aire, pero hay gente como yo que nadie ve y que a nadie le importa ¿Por qué es tan difícil encontrar a alguien a quien le importes? Cuando es bastante fácil encontrar a alguien quien te mira con desprecio¿Por qué es tan difícil encontrar a alguien quien puede mantenerlo unido cuando te hayas deshecho?¿Por qué es tan difícil encontrar a alguien a quien le importas?— dijo Uriel inspirado.
—¿Todo eso que sientes es verdad?— preguntó Suwie sin saber que el Uriel se había robado la letra de una canción de Three Days Grace.
— Así es my sweetheart— respondió Uriel decidido.
—Sabes... ya... ya no me pareces tan feo— dijo Suwie tímidamente.
Tras esto hubo silencio en el cual se miraron fijamente, ambos sabían que era lo que querían por lo que se aceraron lentamente el uno al otro y chocaron sus labios dándose un beso apasionado (como el de la imagen)
(Imagen usada con fines ilustrativos únicamente)
Despues de esta aberrante escena se alejaron un poco un tanto confundidos.
—No...nosotros realmente....—susurraba Suwie.
—No tienes que avergonzarte, si lo que sientes es lo mismo que yo entonces déjame decirte que no fue un accidente— le respondió Uriel.
Al oírlo Suwie se acerca nuevamente a Uriel, en parte frío que hacía en la cueva.
—Uriel, tengo frío— dijo Suwie.
—Si quieres te doy mi sudadera, no me importa pasar frío mientras tu estés bien— le dijo Uriel.
—No, tengo una mejor durmamos acurrucados para mantener el calor— argumentó Suwie.
—Claro... no hay otra cosa que quisiera hacer ahora— dijo Uriel mientras se tumbaba a su lado.
Al verlo en el piso Suwie tambien se acurrucó al lado de Uri y ambos de dieron un fuerte abrazo para pasar la noche.
A la mañana siguiente Uriel despertó de golpe sabiendo que le quedaba poco tiempo hasta ser teletransportado nuevamente al mundo real.
—Suwie, Suwie despierta hay algo que tengo que decir— dijo Uriel desesperado.
—Eh? ¿qué ocurre?— preguntó Suwie mientras se limpiaba los ojos.
—Estoy decidido, no quiero alguien más en mi vida que no seas tu, ven conmigo iremos a Guadalajara, a Puebla y por ultimo nos iremos a vivir a casa de mi madre en Nogales— exclamó Uriel.
—Pero Uriel... no puedo... ni siquiera se donde queda eso—dijo Suwie.
—¿Qué? ¿de donde eres?— preguntó Uriel confundido.
—Del mundo virtual de Argentina, no puedo ir a México porque ahí vive Wefere— respondió Suwie.
—F#ck, no puedo ir ahí— gritó Uriel ya que desde el gobierno de Peña se le prohibió abandonar el país por pendejo.
—Uriel... tranquilo... está bien, no estoy triste por perderte, estoy feliz por haberte conocido— le contestó Suwie mientras lo sostenía fuerte.
—Yo tambien estoy feliz de saber que si existía alguien para mi en este mundo— dijo Uriel mientras que se acercaba más a ella.
Despues de darse un lindo beso de despedida ambos fueron teletransportados a sus respectivas viviendas.
Uriel en la Casa House se encontró únicamente con el Maau ya que el Puvlo había muerto de Cyber-Sida de tanto coger.
—Eyy mamón traicionero ¿donde está el Pablo para partirle su puta madre?— preguntó Uriel
—Sepa la madre, me voy a hacer stream rankeando a Heroico en Free Fire— dijo Maau.
En eso Uriel solo en la sala pensaba en todo lo que vivió esos días, hasta que se percató de que había una nota en su sudadera, que procedió a leer:
—Querido Uriel, debo dejarte ¿Por qué? No puedo decirlo.¿A dónde iré? No puedes saberlo.¿Cómo llegaré? Ah... todavía no lo decido.Pero puedo decirte algo, cada vez que escuche el viento, susurrará tu nombre... Uriel.
Y así, partamos con un amor que hará eco a través de los tiempos.
Con mi amor para toda la eternidad. Suwie—
Tras leer esto Uriel soltó unas lagrimas de alegría y procedió a irse a su habitación pensando que por lo menos en algún punto de su vida, alguien lo amó.
Fin.