Otro día tranquilo en el instituto... al menos desde el punto de vista de los profesores. En el recreo, ninguno presta atención a los alumnos que, recurrentemente, la lían en este periodo. Ahora mismo todos se encuentran en el patio, disfrutando de el sol que empieza a notarse por el inicio de la primavera. Cualquiera que pueda ver el patio puede ver una clara segregación de grupos. Nada de grupos por edades o algo así, aquí la gente pilla el primer sitio que pueden y se les asigna para el resto del curso sin necesidad de contrato. Al lado del cerezo se encuentran las chicas populares, esas que no disimulan su superficialidad pero aun así atraen todas la miradas. En la entrada están los jóvenes holgazanes de 1º de la ESO, que fueron los últimos en salir para coger un sitio por su falta de experiencia. Junto a la pista exterior suelen estar los deportistas, los equivalentes masculinos a las chicas populares. Sin embargo, ahora mismo no se encuentran ahí. Ayer llovió, así que la pista resbala bastante y no les dejan jugar al fútbol con tal de no tener que vigilarles. ¿Qué dónde se encuentran? ¿No puedes buscarlos tú? ¿Tengo que decírtelo yo todo? Ah, espera, que es mi trabajo. Da la casualidad de que se acercan a la única esquina del instituto que da sombra. Allí hay un merendero donde se reúnen los "frikis" y bueno... ya podéis oleros para qué van.
—¿Qué están haciendo mis pringados favoritos? —Abre la conversación un chico alto, parece que tiene algún año más que los que le acompañan. Tiene una gran presencia, a la par con su corpulencia. No está claro si los que le acompañan lo hacen por su carisma o por miedo. Su voz es fuerte y clara, causa impacto a quien la oye, incluyendo a los desgraciados.
Los adolescentes del merendero no contestaron, están acostumbrados a esos tratos, aunque algo cansados. Estaban hablando de sus cosas, antes de que el "popu" del insti fuera a molestarles. Su mirada, ahora, está fijada en sus meriendas, que habían traído de casa.
— Eh, tú, —se dirige al del fondo de la mesa, que parecía esperar que le dijese algo. Un chico que apenas estaría en 2º o 3º. Pequeño y paliducho, en contraste con su pelo azabache. Parecía ser inofensivo y, sobretodo, estar indefenso.— he oído que te ha dejado la novia. ¿Será por lo pequeña que la tienes? —Tras ese comentario de mal gusto, sus amigos le rieron la gracia.
Paremos esta desagradable escena para hacer aclaraciones importantes. ¿Dónde estará el protagonista? Veamos las opciones: tenemos al matón, al chaval con el que se están metiendo, sus amigos, y los fantasmas de detrás del matón. Se aceptan apuestas. Y el protagonista es... redoble de tambores, por favor. Uno de los cavales detrás del matón. En concreto el más bajo y enclenque de ellos. Resalta por su cabello, corto y cobrizo, que hace juego con sus ojos ámbar.
Si os consuela, él no es de los que suelen meterse con los demás, solo está detrás riéndole las gracias a Joel, el matón. Probablemente, si Alex tuviese su fuerza, no iría con él, o si tuviese la inteligencia de los empollones. Alex nunca destacó en nada en especial, ni físico, ni intelecto, ni creatividad... nada. Sus notas en gran parte de las asignaturas eran decentes, entre 6 y 8 todas, pero nada más. Alguien así acaba pensando que es inferior a los demás y buscando cobijo en los superiores, en su caso fueron los abusones.
Sigamos a lo nuestro. Tras unas burlas de Joel y alguno de los que le acompañaban, se acabaron largando de allí, al no haber respuesta por parte de sus presas. Se dirigen a su sitio y hablan un rato hasta que suena el timbre que indica el fin del recreo. Matemáticas después del recreo... ¿Quién tuvo tan repugnante idea?
Después de las últimas 3 horas de clase, que se hicieron eternas, salen todos en seguida. Solo les faltan horcas y antorchas y se les pueden comparar con una muchedumbre furiosa. Alex camina tranquilo a su casa, pensando en que ya solo falta un día menos para el finde. Al menos ya es miércoles y puede mirar el esperado descanso más esperanzado. Aunque puede que ni aún así se librase de trabajar, la época de exámenes tiene agotados a todos los estudiantes... que quieran aprobar, claro. Además, Alex no puede ir jugándosela, está en 2º de Bachillerato y es muy importante conseguir sacárselo. Tras unos 7 minutos, llega a su portal, saca las llaves y entra en casa.
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El mundo de mis sueños
FantasyLa historia comienza con Alex, un joven que anda en sus últimos años de instituto. No destaca en absolutamente nada, tampoco es que lo intente mucho y encima ahora debería decidir que quiere hacer con su vida. Anda confuso, pues nunca supo a qué que...