Alex se depierta como empezaba a acostumbrarse, en un lugar, o mundo, distinto del que se durmió. Apaga la alarma de su móvil y se levanta de la cama para ir a la cocina a desayunar. No sabe en que momento, pero está acostumbrándose. No solo eso, si no que sospecha de que cambia cada vez que se duerme, y todas las pistas apuntan a que es cierto. Ya sentado con el desayuno, mira el calendario colgado de la pared para terminar de orientarse. Hoy es viernes, tiene el exámen de lengua. Menos mal que ya es el último de todos y que es su mejor asignatura. Ayer ni miró los apuntes por el exámen de filosofía. Con un repaso en las clases anteriores debería ir bien.
Se prepara todo lo necesario en un santiamén y, tras asearse, marcha rapidamente a casa de David. Cuando recoge a su amigo y compañero de clase, intenta centrarse en la conversación que le daba. Hoy intentaría no empenarse, pero una pregunta le reconcomía la cabeza y necesitaba aliviarlo.
— Oye, así cambiando de tema. ¿Qué tendría que hacer un poli para que no te sintieses seguro con él por ahí? —David se gira ojiplático ante tan extraña pregunta.
— ¿Eh? Pues no sé. Si fuese negro supongo.
— Eso es ser un puto racista, tío. —Alex le dirigió una mirada fría y de desprecio a David. Le caería bien, pero tenía sus fallos.
— Perdón, pero no se me ocurre nada, así que te me calmas. ¿A qué coño viene esa pregunta, por cierto?
— Es que el otro dia estaba practicando con un texto para el examen de hoy y el texto iba de que había gente que no se sentía segura con la policia en algunas ocasiones. No terminaba de entenderlo, solo por eso. —Menos mal que nuestro protagonista es muy bueno poniendo excusas o si no le tocaría explicar cosas raras.
— Normal, seguro que esa gente está mal de la cabeza o algo.
— Algún motivo habrá supongo. Nadie se siente mal por nada. —Alex dice eso pero sabe que puede que haya excepciones como la xenofobia o similares.
Es una pregunta que no suele hacerse nadie. La policia siempre se utiliza como símbolo de paz y seguridad, y es equivalente a las patrullas del otro mundo. ¿Por qué la gente no querría a Niklas en ellas? Puede que la gente se sienta algo incómoda cuando la policia lleva armas pesadas, pero no ha visto que Nik tenga ningún arma especial, solo una espada larga. Al llegar al instituto, Alex se deshizo como pudo de todos los pensamientos relativos al otro mundo y se centró en lo que tocaba.
Las clases se le hicieron más rápidas de lo normal. Puede tener que ver con la falta de actividades lectivas después de exámenes. Tanto alumnos como profesores se relajan después de los respectivos exámenes. El repaso que dio de los temas de Lengua le vino que ni pintado a Alex, pues repasó justo lo que entró en el examen. Estaba lo bastante confiado como para no preocuparse por este.
Se dirigió a casa con unas ganas increíbles de descansar. Su madre se puso muy contenta al oír sobre el examen y la comida de hoy era de las buenas. El humor del chico estaba por las nubes y prácticamente nada podía cambiarlo. Como todos los viernes, iba a quedar con sus amigos en su peña. Mira su móvil para ver cuándo irían ellos, pero otra cosa le llama la atención. Una aplicación llamada "Raíz". Esa es la aplicación con el chat turbio que tiene en el otro mundo. Otra cosa nueva a la que Alex tiene que acostumbrarse, ahora que había conseguido olvidarse de las ralladas que le da todo esto. Al menos, esto dejaba claro que no eran simples sueños.
Abre la aplicación, pero esta vez no se muestra ninguna lista de chats. Salen dos carpetas de archivos, una se llama "Tierra" y la otra "Koseirón". Ambas están vacías, pero parece que puede subir archivos a la primera. Deja todo eso para otro momento y mira el grupo de sus amigos para ver que han quedado a las 5.
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El mundo de mis sueños
FantasyLa historia comienza con Alex, un joven que anda en sus últimos años de instituto. No destaca en absolutamente nada, tampoco es que lo intente mucho y encima ahora debería decidir que quiere hacer con su vida. Anda confuso, pues nunca supo a qué que...