04. Prisionero

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Bajo el sol abrumador varios soldados y un hombre secuestrado, cabalgaban hacia la aldea mercenaria, llevaban horas cabalgando y parecía que esto no tenía fin, Forth no había dejado descansar a ninguna de las personas que le seguían, era preciso llegar a la base si quería salvar a Phai, pero si dejaba descansar a sus soldados, posiblemente solo llevarían un cadáver.

"¡¡¡Abran la puerta!!!" Grito Forth cuando finalmente llegaron a la aldea. Los soldados que esperaban en la entrada corrieron para ayudar al soldado herido. Forth corrió con ellos, lo llevaron a la enfermería y lo trataron rápidamente.

"El soldado está bien, solo necesita descansar. El que lo trajeran rápidamente ayudó mucho para salvarlo" dijo el médico y Forth sintió que por fin podría estar tranquilo, es cierto que a lo largo de los años se volvió una persona amargada y de mal carácter, pero eso solo es un caparazón que utiliza para no ser traicionado nuevamente. Para él la vida de sus soldados eran tan importante como la suya.

Forth paseo por la aldea. Visitó a las personas mayores, les contó sobre los datos que conocía de la guerra hasta el momento.

"Forth, no quiero abrumarte cuando apenas has regresado, pero lo que sucedió en tu ausencia es grave" dijo la señora Peach, una mujer de unos 65 años, quien miraba a Forth con una mirada de preocupación y tristeza.

"¿Qué es?. ¿Acaso ellos volvieron?" pregunto Forth. La señora Peach asintió con la cabeza baja antes de hablar nuevamente "Ellos siguen insistiendo en que te unas a ellos para pelear contra el país del oeste" Forth apretó sus puños, esos hombres han estado molestando con esa mierda por mucho tiempo y él los ha rechazado porque no confía en ellos, si Forth los ayuda a ganar no les garantiza que ellos estén a salvo de sus garras.

"Señora Peach. Hay algo que no me está diciendo ¿verdad?".

Ante la pregunta de Forth, la señora Peach comenzó a llenar la habitación con su llanto, lo que le hizo a Forth preocupar más. Ahora que lo pensaba no había visto a Lya, la nieta de la señora Peach y a otras chicas más.

"Señora. ¿En dónde está su nieta?" pregunto Forth y la señora lo miró con miedo en sus ojos, lo que confirmó sus sospechas, esos hombres se la habían llevado.

"Forth, por favor. ayuda a mi nieta. no dejes que esos hombres arruinen su vida de esta manera" la señora Peach lloraba mientras le suplicaba a Forth, y Forth solo puedo apretar los puños en frustración, ahora estaba contra la espada y la pared.

"No se preocupe. Le traeré sin ningún rasguño".

La señora Peach asintió y dio las gracias a Forth, antes de que este saliera de la casa de la señora.

Estuvo deambulando por la aldea un rato más hasta que su mente hizo Clic y recordó al muchacho pálido que había llegado con él, empezó a recorrer la aldea por los callejones y lugares por donde sería fácil escabullirse y escapar.

Se maldijo una y otra vez por haberse olvidado de Beam, y darle la oportunidad de huir de sus manos, pues Beam se convirtió en el tesoro obtenido del país donde alguna vez vivió junto a su familia.

Se había vuelto adicto al cuerpo de Beam hasta el punto que estaba seguro que no podría satisfacerlo nadie más.

"Eres muy guapo Sr. Soldado".

"Muchas gracias. Tú también eres muy linda" la voz de una pequeña niña y la voz que se volvió inconfundible, pues era la voz que le encantaba escuchar entre gemidos e insultos lo sacó de sus pensamientos, se acercó al lugar de donde provenían las voces y se percató de Beam y una pequeña niña a la que no le podía ver el rostro.

Ambos hablan mientras observaban el cielo a pesar de los muros altos que habían. Hablaban de algo que Forth no podía escuchar, la pequeña tenía un rostro triste y se veía que Beam con cada palabra hacía que su rostro comenzará a formar una gran sonrisa.

"Yuki. Aquí estás. Estaba tan preocupado" dijo un chico de piel blanca casi como la Beam, cabello negro, labios rosa y un rosto angelical, mientas se acercaba y tomaba la pequeña mano de la niña.

"Ohg Wayo. Déjame hablar con el Sr. Soldado un poco más" decía la pequeña entre pucheros mientras miraba a su hermano.

El chico llamado Wayo suspiro por la persistencia de su hermana, pero no flaqueo, " Yuki, sabes que no debemos estar fuera tan tarde, es peligroso. Pero, si él lo permite. Por supuesto que pueden volver a hablar".

"Para mi será un placer" dijo Beam mientras le daba una sonrisa a Wayo y a su hermana, ambos se despidieron de Beam, no sin antes agradecerle por pasar rato con su hermana. Beam sonreía mientras veía a los dos hermanos desaparecer en una esquina.

"¿No sabía que te gustara el trabajo de niñera?" La voz de Forth le hizo agitar su corazón por la sorpresa de escucharla, ¿desde cuándo estaba allí?.

"Son muy lindos, siempre quise tener una hermana o hermano. Pero mi padre decía que no era necesario".

"¿Tú padre a que se dedica?".

"Él es parte del ejército".

"Entonces, él te inspiró a convertirte en soldado?".

"No, ese sería Pha, él ha sido mi apoyo desde que tengo memoria. Siempre me ha apoyado y motivado para seguir adelante".

"Hablas de él como si estuvieras enamorado".

Beam no respondió a la pregunta de Forth. Solo se quedó en silencio viendo hacia la nada, realmente nunca ha pensado en Pha de esa manera, lo considera como a el hermano que nunca tuvo al igual que Kit. Sin embargo el silencio de Beam hizo que Forth sintiera una sensación de inseguridad en su interior, no sabia el porque de este sentimiento si él no estaba enamorado de Beam o ¿si?.

Se sintió molesto de tan solo pensar que Beam pueda llegar a ser de alguien más, y si eso iba a suceder. El se iba a encargar de marcarlo y ajustarlo a su cuerpo.

Forth tomo el brazo de Beam sin darle la oportunidad de protestar y lo guió hasta una casa color marrón que se encontraba cerca de lo que parecía ser la plaza de la aldea.

Llevó a Beam dentro hasta una habitación que tenía una sola cama.

Tomo los brazos de Beam y los puso arriba de la cabeza, tratando así de inmovilizarlo. Comenzó a besarlo y a desvestirlo. Teniendo así acceso a toda la piel blanca y cálida de Beam.

"¿Por qué tan callado?. ¿Acaso estás pensando en algo o alguien?".

"No es así" "Forth, puedes jugar con mi cuerpo. Te dejaré usarlo. Sólo te pido una cosa".

"¿Qué es?"

"Cuándo te canses, no me mates. Por favor llévame al país del Sur".

"Está bien. Pero no esperes que sea pronto" dijo Forth mientras insertaba sus dedos en el ajugero de Beam para estirarlo y prepararlo para él

¡¡Argh!!!" Beam gruño cuando sintió la invasión en su estrecha entrada y los movimientos lentos de Forth hasta que estos se volvieron más rápidos cada vez

Beam tenía los ojos cerrados y los dientes apretados tratando de contener sus gemidos

"¡¡¡SUELTALOS DÉJAME OIRLOS!!!"

"¡¡¡Arghh!!!!...¡¡Nghh!!!" Beam dejó salir sus gemidos. Las embestidas de Forth se volvieron mucho más rápidas en su agujero, hasta que alcanzó el clímax y dejó salir su semen, esparciendolo sobre su pecho, mientras que Forth también terminó llenando su estrecho ajugero por primera vez esa noche...

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Hermosa TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora