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Beverly Hills Medical Center

Choi SooBin había trabajado en esa clínica de cirugía plástica la mitad de su vida, básicamente. Y no, no se quejaba. El trabajo era bueno, la paga aún más y hacía lo que le apasionaba.

Claro, tenía un jefe como todo el mundo. Pero en el fondo él se encargaba de llevar el negocio, y le encantaba. Por lo que justo ahora se encontraba recibiendo la nueva entrega que había pedido a la distribuidora hace más o menos dos semanas. Acomoda sus gafas y se centra en revisar.

El chico de cabellos negros abre la caja en sus manos tras remangar su bata de laboratorio, sus cejas se arquean y los labios se le fruncen al tener el supuesto relleno de trasero frente a él.

La bolsa era demasiado transparente y el líquido café dentro le revolvía el estómago, por lo que bufa y musita de mala gana hacia el repartidor.

Eso era inaceptable, por supuesto. ¿Cuál era su maldito problema?

─¿Esto qué es?

ShinDong, el repartidor, se acerca al pelinegro toqueteando con sus dedos la bolsita para trasplante. Alza las cejas escaneando el objeto blando, entonces abre la boca para hablar.

─Relleno de trasero. Las personas se las ponen en sus traseros planos y... ─. SooBin sacude su cabeza hacia el mayor, atento a sus palabras. Su ceja alzada en ironía. ─ Se vuelven grandes, sus mejillas.

Gruñendo, el pelinegro eleva el objeto en su diestra, su ceño fruncido. ─Estas no son las bolsas de pompis que ordené. Es que... ¿Qué es esto? ¡Es igual que un contenedor de jarabe para hot cakes! No sé qué es esto, lo lamento, Shin. Esto no se parece a esto...

SooBin prosigue a guiar la bolsita a su nalga derecha y posarla encima de la tela de sus jeans gastados unos segundos. Y aquello confirmó su teoría, no era nada parecido a una nalga de verdad.

ShinDong aprieta la entrega que hizo anteriormente y que tantos problemas le generaba a SooBin en su mano, asegurándose de sentir bien la textura, y acto seguido la dirige a la pompi del chico, quién en seguida chasquea la lengua y lo fulmina con la mirada.

─No, hombre. ¡Esto es en serio! ─. Le gruñe.

ShinDong sonríe con aires inocentes y entrelaza sus manos en su regazo. ─Yo sólo quiero entender...

SooBin ya estaba bastante estresado con el asunto, por lo que coge la caja y guarda las bolsas de nuevo en su interior con brusquedad. En su trabajo no había espacio para errores, claro que no.

¡Y él tenía el estrés más alto que todos en la clínica!

─Escuche, el Doctor Choi jamás va a aceptar trasplantes de cuarta. Por favor, tráigame lo que ordené y dígale a JaeBum que necesito un descuento por el inconveniente. ─Desliza la caja ya cerrada de vuelta en el mesón del escritorio, su semblante demostrando seguridad.

ShinDong suspira. ─Está bien. Ten lindo día, SooBin. ─ Lleva todo el contenido de nuevo a la carga, dándose la vuelta y guiando la carretilla hacia el exterior de vuelta al camión.

SooBin finalmente sonríe al conseguir lo que quería. ─Gracias, Shin. ¡Tú igual!

El de oscuras hebras vuelve su atención a los papeles delante suyo y firma unos cuántos, anotando en el pequeño calendario fechas importantes que debía recordar.

Choi SooBin tenía todo en orden, siempre. Y se encargaba de todo, su jefe era un idiota en muchos sentidos.

─Hey, Choi. ¿Vino la de las cuatro?

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⏰ Última actualización: Jan 30, 2021 ⏰

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연빈: Un Esposo de Mentira. ❝cyj ~ csb❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora