Recuerdo en detalle la frialdad de esa noche, a pesar de que era verano fue la más helada de mi vida. Mi habitación estaba casi a oscuras, solo entraba una tenue luz de Luna. La pared de Hielo me miraba siniestramente. El miedo al futuro y la angustia del pasado eran mi única compañía. Rompí a llorar, cada lágrima que surcaba mi rostro era más fría que la anterior. Quería gritar pero mis cuerdas vocales estaban cansadas de tanto hacerlo. Mis manos y pies temblaban, no reaccionaban a mis órdenes.
¿Por qué siempre tengo la culpa? ¿Por qué cada vez que necesito ayuda me dejan sola? Creo que soy como el oscuro fondo de un océano, mientras más se acercan a mí el oxígeno se les agota. No puedo volver a ponerme en pie, siento que cada paso me hundirá más que el anterior. Solo quería ser feliz, ¿o es que no puedo? Ansiaba verlo una vez más pero mi cuerpo se negaba, tenía miedo. En ese momento le escribí uno o dos mensajes y, contrario a lo que pensé, no hubo respuesta. No cumplió su promesa de no defraudarme.
Nuestro primer encuentro fue fugaz pero no lo olvido, lo saludé pensando que era alguien más y no dudó en devolverme el gesto. Nuestros encuentros casuales se volvían más frecuentes y de la noche a la mañana entablamos una amistad. Se preocupaba mucho por mí, me escuchaba con atención. Cuando yo sufría, estaba ahí para secar mis lágrimas y ahuyentar mi soledad. Sabía hasta cuando mi "Hola" era diferente solo con verme a los ojos. Se nos hizo un hábito caminar sin destino solo para poder hablar más. Mi sombra es testigo de esto, puedes preguntarle. Estaba segura de que él era la persona que tanto había esperado.
En poco tiempo se convirtió en mis ojos, ya no me imaginaba estar en su ausencia. Pasó mucho para que me diera cuenta de la fuerza de mis sentimientos, ¿era amor? Mi corazón me preguntaba: "¿Y ahora?". ¿Era mejor intentarlo o mantener las cosas como estaban?, ¿estuvo bien que me enamorara de él?, ¿estaba dentro de lo permitido?, nunca lo supe, pero ya no había retorno.
Sin planificación alguna terminé contándole mi sentir. Su cara mostró una sorpresa que tardó solo unos segundos en convertirse en decepción. Me dijo que me quería pero que no podía hacernos eso, que no podía arriesgarse a perderme. Luego dijo que no era el adecuado para mí y que si hubiera sabido que esa situación se daría nunca hubiera devuelto el saludo. Todo eran mentiras, él tenía un miedo mayor, nunca me lo quiso decir. Hasta quien te quiere te puede mentir. Estas fueron sus palabras literales: "Te quiero y no te imaginas cuanto, pero no quiero lastimarte, a tí no". Hablamos mucho sobre ese tema, traté de hacerlo reaccionar pero mis esfuerzos no valían nada para él. Solo pensaba en sí mismo y en una situación que nunca pasó ni iba a pasar. Desde ese día no me volvió a dirigir la palabra, una vez más me encontraba sola. He sufrido tanto desde pequeña, ya no sé que hacer. Cargar con mi vida es doloroso.
Tenía varias llamadas perdidas suyas en mi celular, no las escuché pero ya era muy tarde para eso. Me dirigí al imponente muro de Hielo pero del otro lado solo podía ver mi difuminado reflejo y era como mi peor pesadilla. Por simple costumbre toqué nuestra separación, mi mano sintió por un momento un calor familiar, pero no le di importancia, no podía ser él. Luego un fuerte brillo lunar tocó mi espalda, me pareció escuchar a la Luna llamarme. Ella me preguntó desde el balcón: ¿Lo volverás a ver?, ¿regresará a tiempo?, ¿te amaba? El astro tan grande era hermoso, necesitaba verlo de cerca, me subí al borde y ...
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A través del Hielo
Short StoryMientras que de un lado hay lágrimas, temblores y la soledad abraza todo cuanto encuentra, del otro hay pánico, gritos y la inseguridad golpea con dolor el muro que los separa. Ella reprime sus sentimientos, su cuerpo entero es incapaz de reaccionar...