·│Capítulo 07

2.8K 145 5
                                    


Hace 2 años

Leonardo

Otra pelea más con Carla, estoy muy enfadado de que todos los días busque un maldito pretexto para pelearse conmigo. Simplemente no puedo seguir así, está loca. Yo la quiero, tal vez el amor que sentí al principio ya no esta tan intacto, pero juro que cada día trato de mejorar mi actitud para que nuestra relación funcione como antes. No sé por qué se empeña en buscar culpables, en buscarme una amante cuando no la hay, ella es la única mujer.

Y me estoy cansando, estoy agotado de repetirle lo mismo, de decirle que a la única que quiere es a ella, que no tengo ojos para otra mujer que no sea ella. Le pego al volante con mi puño y pongo en marcha el auto. Necesito sacar este coraje, pero sé que si tomo mañana no podré ni levantarme así que, descartado el tomar por culpa de Carla. Le marcare a mi amigo, a ver si tiene tiempo para mí y mis penas.

En un semáforo en rojo, saco mi celular, marco su número y lo pongo en altavoz. Un tono, dos tonos y contesta.

¿A quién hay que matar?

―A Carla― su carcajada me contagia, por eso es mi mejor amigo.

Y ¿ahora qué hizo? Cuéntame el chisme, sabes que si puedo te ayudare.

―No esperaba menos de ti. Pues ya sabes Gerardo, lo mismo de hace meses. Quiere a fuerzas sacarme una amante cuando no la hay.

Doy vuelta en la cuadra de mi departamento y me quedo estacionado afuera por si mi amigo está desocupado para ir a cenar o jugar en su play.

Pues consíguete una para que ahora si hable con razón― su comentario no me agrada del todo, sabe muy bien que yo sería incapaz de engañar a Carla, por más enojado que este por su actitud, siento que no se lo merece.

―Siguiente― formulo y estalla en carcajadas. ― ¿Estas ocupado?

La verdad si amigo, estoy con mis padres en una cena con unos socios. Si tu plan era emborracharte conmigo, puedes ir buscando el plan B.

―Ya no importa, de igual manera no era mi plan principal. Bien Gera, te dejo. Hazle ganar más millones a tu padre. Nos vemos pronto.

Chao amorcito― soltamos la carcajada y cuelga. Aun es un inmaduro.

Llevo mi coche hasta el estacionamiento y bajo poniendo la alarma. Cuando entro voy al ascensor y me encuentro a mi hermana. No puedo evitar sonreír genuinamente porque hace como un mes que no la veía. Me acerco a ella y la envuelvo en un abrazo de oso porque la extrañe mucho. No somos muy apegados, el porqué, no lo sé, pero cuando éramos pequeños si jugábamos juntos, íbamos a todas partes, todo cambio cuando entramos a la preparatoria, debieron ser sus hormonas y mi pubertad, en fin, lo bueno es que ahora está aquí y no estaré solo ahogándome en mi tormento.

―Amalia, me da tanto gusto verte― le digo cuando la dejo de abrazar.

―Me gustaría decir lo mismo― dice en tono serio y me hace fruncir mi entrecejo. ―No seas bobo― me pega un falso puñetazo en mi hombro. ―Claro que a mí también me da gusto verte hermanito.

―Te lo juro que casi me haces llorar. Estoy sensible―. Le comento subiendo al ascensor.

― ¿Carla? ― porque todo el mundo da por hecho que es Carla, aunque no están errando, en verdad estoy sensible y triste por su maldita desconfianza. Formulo un si con mi cabeza y solo bufa.

(...)

Debo de tomarme más enserio mis promesas, me dije que no bebería y si mi yo del pasado, bueno de hace solo unas 4 horas atrás, me viera en este estado, juro que me golpearía. Cuando entramos a mi departamento, platicamos un sinfín de cosas, de nuestros padres que cada día están más viejos y nos quieren en casa más tiempo, de nuestro trabajo, de nuestra vida amorosa. La verdad pensé que yo estaba ahogándome en penas, pero mi hermana se lleva el primer lugar. Ella en verdad necesita un buen hombre.

Pero uno que la respete, que la ame más que a nadie, que la proteja, que la haga sentir segura en sus brazos. Amalia es una mujer hermosa y dejando en fuera que tiene un cuerpo espectacular, sus facciones son muy finas. Cuando sonríe su nariz se arruga y sus ojos se hacen chiquitos. Su carcajada es tan tierna que parece la de un bebe. Y ni hablar de su belleza interior. Es una chica que esta criada con los mejores valores. Es responsable, amorosa, bondadosa, honesta, respetuosa y no terminaría de describir sus cualidades.

Sin duda es una mujer que cualquier hombre desearía tenerla con él. Quien no tome la oportunidad de estar con ella, es un completo imbécil. Siempre está de buen humor, es práctica, muy alegre y su sensualidad no la tiene otra mujer, con esas exuberantes curvas, con esos labios tan perfectos y rosados, sin duda no tiene comparación. Es única.

Sacudo mi cabeza y trato de enfocarme en lo que mi hermana está compartiendo conmigo, parece ser una anécdota con su mejor amiga, pero no puedo dejar de mirar sus labios, se mueven de forma lenta y sensual. ¡joder! Creo que he bebido demasiado, necesito dormir para pensar bien las cosas. No puedo pensar así de mi hermana, si puedo elogiarla y ver sus virtudes, pero no puedo enfocarme en su cuerpo, no y no, somos familia.

― ¿Te pasa algo? ― pregunta acercándose peligrosamente a mi cuerpo.

¿Por qué tiene que hablar así de sensual? ¿Por qué tiene que invadir mi espacio personal de esa manera tan atractiva?

―¿Leo? Creo que te pasaste de copas― comenta y suelta una tierna risa, que me hace derretirme. Es hermosa.

―No estoy tan tomado Amalia― porque su nombre ahora suena tan bien en mis labios.

―Lo que tú digas― vuelve a reír de esa manera y me quedo embobado en sus labios. ― ¿Tengo algo? ―pregunta pasando un dedo por su labio inferior y mi mirada se oscurece.

Me reprimo mentalmente por desear de pronto a mi hermana ¿Qué tengo en la cabeza? Esto no es correcto, jamás había visto así a Amalia, siempre la he respetado por lo que es, mi hermana y no, no es por la bebida, yo de verdad estoy lucido y estoy pensando en que mi hermana se ve jodidamente sexy y caliente. ¿Qué está mal en mí?

La veo quitarse sus zapatos y luego se despoja de su pantalón de vestir. Trago grueso al ver esas perfectas piernas y sus bragas a media nalga. Joder ¿Por qué me pasa esto a mí? Trato de retirar mi mirada de su trasero, pero me es imposible. ¡Dios que retaguardia! ¿Cuándo mi hermana creció tanto? No recuerdo haberla visto así de bella.

―Espero que no te moleste que me quite la ropa, pero tengo calor y aparte somos hermanos, no es como que nunca nos hayamos visto en ropa interior― asiento y la veo ahora solamente en una blusa de tirantes blanca y en bragas.

― ¿Sabes? Hace mucho que no pasábamos tiempo así. De verdad te extrañe Leo―. Se deja caer sobre mis brazos y me aprieta el torso. Dejando su cabeza recargada en mi hombro. Puedo sentir su respiración en mi cuello y es mal momento para reaccionar.

Trato de acomodarme, porque empiezo a sentir una punzada en mi polla y no quiero ni aceptar que Amalia me pone cachondo. Quiero abrazarla, pero no sé dónde poner mis brazos. ¡está en ropa interior! ¿Dónde poso mis manos? ¿en su estrecha cintura? ¿en su espalda? ¿en sus anchas caderas? o Dios que martirio.

―Abrázame tontito. Quiero mimos de mi hermano.

Con manos medio temblorosas la abrazo por su cintura, sé que pude abrazarla por otra parte, pero mi impulso quiere sentir esa estreches. Comienzo a hacer caricias en su espalda por encima de su blusa y parece agradarle porque se acurruca más en mi pecho. Juro por Dios que mis putas manos pican por apretar ese redondo trasero. Joder, joder. Bufo un poco y ni modo que sea lo que Dios quiera.

Bajo una mano y la pongo en su cadera. no se movió, eso quiere decir que no le incómodo. Sigo bajando hasta tener mi mano entera en su nalga derecha. La acaricio despacio y no puedo evitar apretar ese cachete redondito. Al apretarlo lo siento un poco duro así que trabaja su cuerpo. Vuelvo a amasarlo y escucho un gemido. Abro mis ojos más de lo permitido, pero no suelto su nalga.

Espero no arrepentirme.

Amor Secreto +18 (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora