∙¦Capítulo 17

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Amalia

¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Por qué deje que Leo me besara? Pero mentiría si dijera que no me gusto. Ame ese beso, y no fue mi hermano quien lo provoco, fui yo. Yo y mis estúpidos sentimientos hacía él. Verlo tan cerca de mi rostro, mirara esos labios que fueron míos tantas veces terminaron por romper la barrera del deseo. Moria por probarlos de nuevo y no aguante las ganas, lo hice y luego hui como una delincuente.

Ahora ¿Qué pensara Leo de esto? De seguro se quedó desconcertado por mi actitud, pero joder, no pude reaccionar de otra manera, tuve miedo, temor a que me lastimara de nuevo. Se que es mi hermano y siempre cuidara de mí, pero el ya rompió mi corazón cuando se casa con Carla y aún estoy muy dolida por eso.

Y luego la muerte de mi madre me duele en el alma. Siento que es un castigo, que la vida me está cobrando el pecado de amar a mi hermano y no quiero que más gente muera por mi culpa, por desear con locura a Leonardo. De verdad quiero estar con él, es lo que más anhelo en el mundo, pero siento que no lo merecemos. Nuestros padres murieron engañados, ellos se fueron pensando que éramos los hermanos más normales del mundo cuando no era verdad. Leonardo y yo teníamos relaciones, cometíamos in.cesto.

Creo que lo mejor es alejarme, dejarlo que siga con su vida como lo ha hecho hasta ahora, estar juntos solo significaría problemas, hay que aceptar que nunca podremos ser felices, siempre estarán las sombras del pasado, la muerte de nuestros padres en nuestros hombros y creo que no podre soportarlo, siento que al final terminaremos separados y con malos recuerdos de nuestra convivencia juntos.

Yo lo amo de eso no hay duda, pero soy realista de que una relación amorosa entre nosotros no sería la mejor decisión.

Le pago al taxista y bajo para caminar a las puertas del hotel donde me estoy hospedando, pague por adelantado toda la semana, pero no estaré aquí para disfrutarlo. Me iré mañana mismo y no pienso volver hasta que mis sentimientos por mi hermano hayan desaparecido. Mi teléfono suena y miro la pantalla. El nombre de mi mejor amiga aparece. Contesto al instante.

―Te necesito―Digo al borde del llanto.

― ¿Dónde te estas quedando? ― le doy la dirección y cuelga.

Mientras llega paso al baño para tomar una ducha. Necesito limpiar mis pecados, espero que el agua me ayude.

(...)

―A ver Amalia, ¿estas así de triste por la muerte de tu madre? O ¿estas triste porque te alejaras de Leonardo? ― parpadeo un par de veces para asimilar lo que me pregunto.

―Obvio que estoy triste por la muerte de mi madre ¿Por qué preguntas lo de Leo?

―Amiga, no has dicho otra cosa más que "me tengo que alejar de Leo, no podemos estar juntos" bla bla...― su mal intento de imitar mi voz me irrita y más por el hecho de que es cierto no he dejado de hablar sobre Leo.

Se supone que debo estar en un mar de lágrimas por la muerte de mi madre, pero al contrario estoy aquí llorando y desahogándome porque me tengo que alejar de mi amor prohibido. Debo de recapacitar mis pensamientos y palabras. La muerte de mi madre me duele igual o más que la de mi padre, pero por un lado me siento ¿libre? No sé cómo podría describirlo y me siento una idiota, hipócrita y mala hija por sentirme de esa manera.

Debería de estar sufriendo, revolcándome en el piso por perder a la mujer que me dio la vida, quien cargo conmigo nueve largos meses en su vientre, pero al contrario estoy aquí sufriendo por amor. Estoy segura que San Pedro no me dará paso al paraíso y al contrario tendré un puesto bien grande en el infierno.

―Y bien― comenta mi amiga. La miro y levanto mis hombros.

―Amalia ¿Qué sientes por Leo?

¿Qué, que siento? Uf siento de todo. Mi suelo se mueve en su presencia, su voz causa espasmos en mi vientre, su tacto eriza por completo la piel de mi cuerpo. Sus besos me embriagan de pasión, su mirada me transporta a otra dimensión. Su cuerpo desnudo me desquicia de deseo. Cuando me abraza me siento protegida, amada, me provoca una paz infinita. Todo lo que siento se describe en;

―Amor― su sonrisa se ensancha y mueve sus cejas pícaramente.

―Escúchame, sé que la muerte de tu madre te debe tener sumamente triste. Tus padres ya no están contigo y es un vació que te quedara para siempre, el tiempo no curara tu dolor Amalia, solo te puedo decir que te acostumbraras a vivir con él, pero tienes a tu hermano, él puede sanarte un poco, recuerda que también eran sus padres― suspira y toma un sorbo de su café, yo la imito y sigo en silencio.

>>A Leonardo también le duele. No lo dejes solo. Aparte ambos se aman, no entiendo porque ahora no quieres estar con él.

― ¿Cómo que por qué? Renata, somos hermanos, nunca podremos estar juntos sin que la gente nos señale. Yo no quiero vivir así y sé que Leo menos.

―No te has puesto a pensar que ahora que tus padres no están ustedes pueden irse lejos y vivir su amor― mis ojos se abren y mi amiga sonríe ― así es Amalia, ahora pueden ser libres. Y si, sé que aún es muy reciente la muerte de tu madre, pero joder, tú amas a Leo y el a ti, deben de estar juntos.

―No lo había pensado del todo, Renata es que siento que mi culpa no nos dejará ser felices― agacho la mirada conteniendo las ganas de llorar.

―Deja de torturarte. Ya te dije que el destino no tiene nada en contra de ustedes. La vida se acaba Amalia, es normal que los padres mueran, que los amigos y demás familiares se vayan. Tú no eres culpable del cáncer de tu padre ni que tu mamá haya decidido acompañarlo. Entiende por favor, reacciona ahora antes de que sea demasiado tarde y ahora si de verdad tú y Leo no puedan estar juntos.

>> Mi consejo Amalia, es que luches por lo que amas. Si estas enamorada de tu hermano ¿qué más da el mundo? ¿a quién mierdas le importa lo que diga la gente? Tu vete, huye a un lugar donde empiecen una nueva vida, cambien sus apellidos yo que sé. Tú sabes que siempre me tendrás para lo que sea, te apoyare en lo que decidas, pero eso sí, primero tratare de hacerte entrar en razón como ahora.

Comienzo a llorar por sus palabras porque tiene razón, yo amo a mi hermano y si me alejo ahora estaría cometiendo el peor error de mi vida. Me levanto de mi silla y abrazo a mi amiga fuerte, la amo, es como la hermana que nunca tuve y agradezco a la vida por ponerla en mi camino.

Cuando me separo beso su mejilla repetidas veces y hace muecas de disgusto.

―Ya déjame que voy a creer que eres lesbiana― me hecho a reír por su comentario.

―Gracias amiga, no sé qué haría sin ti.

―Morirías, es obvio― reímos al mismo tiempo y niego con mi cabeza.

Me despido de mi amiga en el umbral de la puerta. Cuando la veo subir al ascensor Cierro la puerta y camino a mi cama donde, me tiro boca abajo y lloro. Estoy demasiado sensible y tengo un maldito remolino de sentimientos. Quiero estar con Leo, irme lejos y vivir nuestro amor, pero por otro lado la conciencia me grita que me aleje, que debo de sufrir por mi pecado.

No quiero hacerle caso a esa parte de mí que me dice que no merezco amor por parte de mi hermano, que estaría deshonrando la memoria de mis padres, y es tonto porque cuando estuvieron en vida los deshonre muchas veces. Tengo un cumulo de emociones que no sé qué hacer con ellos.

Quiero olvidar todo esto, quiero borrar de mi mente la muerte de mis padres. Me gustaría que todo fuera un sueño que ellos de verdad estuvieran en su casa riendo y tomando algún café en compañía de sus amigos, pero la realidad es otra, ellos no volverán jamás.

Lo mejor será dormir, mañana será otro día y mi mente estará en mejorestado y podré pensar que haré con mi vida de ahora en adelante.

Amor Secreto +18 (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora