IV

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Bárbara corría por el muelle, faltaba una hora para que todos se reunieran en casa de Jess. Quería volver a aquel kiosco de regalitos, necesitaba esa sudadera justo ahora.

La batalla contra Lena se terminó rápido, Bumblebee desconectó internamente algunos cables, Flash y Batgirl rodearon con el lazo los pies del robot, Green Arrow la rescató antes de que Aqualand lanzara una ola hacia el robot hundiendo lo en el mar. Los Linternas verdes llamaron a su madre y hermano, así que se la llevaron, mientras ella gritaba en el auto. Y Zatanna reapareció y creó nuevos juguetes que el robot quitó, de está forma pasaron la tarde haciendo de "ayudantes de Santa" al repartir a los niños y ciertos jóvenes estos asombrosos regalos.

—Vamos ¿dónde estás?—se dijo entre dientes mirando a todos lados.

Siguió buscando hasta que su pie pateó un tablón de madera, allí estaba frente a ella lo que quedaba del kiosco y a su lado un hombre afligido.

—Ahm, disculpe—dijo Babs.

—Sí ¿Qué quieres niña?—inquirió el señor levantando el rostro.

—Me preguntaba en cuanto está la sudadera—levantó por una manga la prenda.

—Treinta dólares—dijo agotado, luego pateó un tablón frustrado.

—Rayos, sólo tengo veinte—dijo mirando sus billetes—¿No me lo podría dejar en veinte?

—Mira chica, mi kiosco está destruido—enfurecido el señor mostró su situación, le arrebató la sudadera de las manos—¡Lo tomas o lo dejas!

Babs apretó los billetes en su mano, por la actitud del señor estuvo apunto de no comprar nada, pero necesitaba ese regalo, no quería llegar con las manos vacías, suspiró se encontraba en un dilema.

—Tenga cobre este gato y la sudadera—una voz a su lado la inquieto, al ver de quién se trataba sus ojos se abrieron de la sorpresa.

El mismísimo Bruce Wayne, el millonario más codiciado de todos los tiempos estaba en Metrópolis y justo a su lado. El señor recibió el dinero y le dió la sudadera.

—Aquí tienes, al parecer tu la requieres más que yo—le tendió la prenda con una sonrisa. Bárbara se encontraba anonadada, también cientos de preguntas llegaron a su cabeza y además de que le sorprendía el hecho de que Bruce en sus brazos tuviera un gatito de peluche—¿Estás bien?

—¿Ah? ¿Qué? Sí—dijo un poco perdida, tomó la sudadera y miró la hora en su celular, se angustió estaba perdiendo tiempo—¡Gracias! ¡Gracias! ¡Muchísimas gracias! ¡Pero lo siento debo irme!

—Esta bien—dijo viendola irse, él sacó su celular—Alfred ya lo tengo, puedes venir por mí en el helicóptero.

♪♪♪♪

Todos estaban en casa de Jessica, casi todos habían entregados sus obsequios, algunos les gustó y otros mostraron sonrisas no tan sinceras. Era el turno de Babs, ya que Diana le dió un regalo en un envoltorio morado.

—Bueno me tocó una persona con dos ojos—dijo evitando reír.

—Sí, también de dos brazos y que además está en esta habitación—dijo Oliver con algo de sarcasmo, el resto sólo río a la ligera broma.

—Exacto. Bueno mi amigo secreto es trabajador, siempre tiene prisa y además cuenta con un bonito cabello rubio—dijo Babs, Oliver infló el pecho imaginando que era él, todos los demás de inmediato fijaron su vista en Barry.

—¡Es Barry!—gritaron Karen, Zee y Garth, Oliver soltó un resoplido decepcionado. Bárbara asintió emocionada.

Barry se levantó recibiendo el regalo de parte de una de emocionada y algo sonrojada amiga.

—¿Qué es? ¿Puedo verlo?—dijo con su rapidez natural. Babs asintió, en segundos el regalo estaba a la vista de todos—Wow, gracias Babs.

Le dió un abrazo antes de que ella se fuera a sentar. Luego de eso Barry no se volvió a quitar aquella sudadera. Fue un buen regalo después de todo.

Escrito 16/01/21 a 11:15 pm hasta 12:53 am.

Un Buen RegaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora