Capitulo XIV

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ARCO 1: RECUERDOS

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Zetsu había perdido mucho de su tiempo haciendo esos clones, sus primeros diseños hace años en el mejor de los casos eran de mala calidad, con sus rostros sin vida, a veces incompletos y cuerpos deformados, algunos eran demasiados delgados y débiles para mantenerse durante el tiempo de la lucha. En el mejor de los casos, eran sencillos con cuerpos normales pero que carecían de un verdadero estilo de pelea, lo único que llegaron a poseer era el mokuton defectuoso que desarrolló con el tiempo—usando el ADN de los Senju que secuestró, fue difícil conseguir el de Hashirama cuando siempre era vigilado por su hermano o su esposa.

En conclusión sus clones eran débiles, puede que tenga una enorme cantidad de ellos pero le faltaba la calidad, algo que sus enemigos poseían por montones.

Miró a sus oponentes con un rostro ilegible, ellos eran las personas que impedían su plan para traer a su madre a la vida "Debería haberlos destruido hace mucho tiempo" susurró Zetsu.

Zetsu se quedó atrás parado sobre un risco mientras veía al equipo de los Dioses de la Guerra luchar contra la cuarta oleada de Zetsus.

Ya eran casi 114,000 las pérdidas de sus clones y esos niños todavía tenían más de la mitad de su Chakra,

Para esta confrontación, Zetsu mantuvo un ojo en la batalla y no mucho más; conocía algunos de los trucos que esa mujer Uchiha-Senju escondía bajo la manga y él no la subestimaría, Zetsu comprendía la habilidad que ella necesitaba para ser una figura tan elevada en Konohagakure.

Pero el resto de ellos tenía una oportunidad para ataques que él no aceptaba. Zetsu no sabía nada de sus habilidades y aptitudes ocultas...aunque podía esperar, ella es su líder y esa mujer fue la primera en darse cuenta de su plan para la resurrección de su madre cuando nadie más lo hizo.

Una parte de él sigue furioso por el hecho de que una niña de seis años haya descubierto sus planes y en menos de dos años haya resuelto todo lo que Zetsu trató de ocultar al mundo.

El la subestimó en ese entonces, subestimó su capacidad de analizar y su adaptación a la situación en la que se encontraba.

Al principio hace varios años cuando ella tenía alrededor de cinco años, ella había parecido a primera vista una herramienta perfecta que prestaba atención a la orden de su superior de quedarse quieta y obedecer sumisamente—ella hubiera sido el mejor cuerpo para que su madre ocupara.

Esa niña era un peón que asesinaría sin dudar, un peón que destruiría sin pestañear, un peón que borraría clanes enteros de la faz de la tierra porque le disgustaban al Daimyo—un humano débil, patético y codicioso.

Pero cuanto más la observaba, más veía que sus ojos decididamente no seguían las imágenes y creencias pacifistas del Shodaime, cuanto más la vigilaba más profunda era la máscara que ella poseía.

El observaba sus dedos, cada contracción, cada orden, cada desprecio, y los memorizaba y sin que se diera cuenta Zetsu llegó a tener cierto respeto de aquella mujer humana—posiblemente la única en todo el transcurso de su existencia.

Porque ella no se doblegó, porque ella puso su voluntad sobre los demás, nunca agacho la cabeza como el resto al contrario ella enseñaba los dientes y te cortaba el cuello solo para después bañarse en su sangre y sonreír tan alegremente.

Pero en especial porque ella sobrevivió a lo que otros nunca lo harán. En este momento, recordó a alguien a quien vigilaba hace varias décadas.

LA PRIMOGÉNITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora