Una ves más sábado por la noche, como siempre con mi familia y yo viendo una película.
Esto es ya muy cotidiano, en realidad no me molesta, pero quisiera salir de esta zona de confort.
Yo soy Artemisa recién cumplí 15 años, soy de México, específicamente del distrito federal, vivo con mi mamá y mi hermano de 21 en un pequeño departamento.
Soy alta y delgada, no soy de las chicas que tienes un autoestima por el suelo, todo lo contrario se que soy hermosa, pero tampoco me gusta decirlo, en fin, mi vida en un tanto monótona, de la escuela a la casa y de la casa a la escuela.
No soy la niña linda bien portada, que se sonroja con palabras lindas de cualquier morro, pero tampoco soy una chica mala.
A los 13 año perdí la virginidad con un novio, cabe aclarar que fue contra mi voluntad, jamás dije puesto que me fui de pinta para estar con el, lo cual se convirtió en el peor día de mi vida.
-¿En qué tanto piensas Art?-me pregunta mi mamá después de una rato-Estas como mensa viendo a la nada
-Lo siento, pensaba que ya no tengo juguetitos de la sexshop-dije a lo que ella estalló a carcajadas y recibo una mala mirada de mi hermano. Su cara fue epica-¿Que? No me mires así, al menos di que me cuido
-Si sus ojos fueran balas ya estarías 3 metros bajo tierra-
-Ya bueno, solo era bromaa-dije esto mientras me levanta del sillón individual de la sala-me voy a dormir mañana tengo que hacer tarea y no quiera está todo el día ahí sentada-le di un beso en la mejilla a mi mamá y un sape a mi hermano.
Sin más me encerré en mi cuarto dispuesta a dormir, estuve un rato en Instagram viendo la historia de trueno, deje el teléfono a un lado en el buró y me dispuse a dormir.