SESENTA Y OCHO.
Llego el día esperado, te cite en un parque.
Recuerdo lo feliz que desperté.
Llegue a la hora que fijamos, y espere.
Cuando oí mi nombre, voltee buscando de donde provenía.
Y ahí te vi.
Comencé a caminar hacia ti, y te abrace, no quería soltarte, quería pasar toda la tarde así.
Nos alejamos y sonreíste, tus ojos se achinaron, esos ojitos que tan loca me tenían.
Pasamos una tarde juntos.
Y cuando teníamos que irnos, decidí darte el obsequio.
Tú lo viste como una simple pulsera, pero era símbolo de mi amor por ti.
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Para el chico al que nunca deje de amar.
Teen FictionEider Andros. A sus 16 años está convencida que el amor puede ser tu salvación o tu perdición, todos pueden experimentarlo, solo que unos tienen la suerte de conocer lo maravilloso de él, y otros pues... todo lo contrario. Es el caso de Eider tras c...