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Uh, ¿días malos para Max? Yakko sabía perfectamente qué hacer cuando su acompañante no estaba de buen humor, de hecho su técnica de molestarlo exclusivamente de forma cariñosa hasta sacarle una sonrisa nunca fallaba.

El Warner se abalanzaba en el adolescente, apoyando su peso en él pero tratando de no empujarlo o hacerlo caer. La mayoría de veces acompaña esta acción con abrazos, al contrario de los pequeños besos no notorios en las mejillas o pelaje de Max, los cuales son un detalle que sólo parece pasar desapercibido.

Hace esto mientras le dice a Max esas típicas frases positivas que suelen mandar las tías cariñosas a los grupos familiares, pero con una pizca de romance y menos piolines con corazones. Dato curioso, Yakko nunca repite ni una frase jamás y cada día consigue frases más empalagosas que las anteriores.

Hasta que pase alguna de dos situaciones tendría que dejar de realizar tal cosa. Una de esas situaciones sería que Max se queje y le diga que pare. Yakko no lo contradiría al primer aviso y se retiraría dejándolo en paz, pero nunca había pasado eso para su sorpresa. Por otro lado se encuentra la segunda situación, la que por fortuna siempre terminaba sucediendo: Max soltaría alguna de esas risas que no se sueltan porque te divierte algo, sino de esas que se sueltan cuando te sientes feliz y te sientes acompañado, claro que con la versión de la peculiar risa Goof.

Demonios, Yakko adora escuchar esa risa, y por eso Max adora a Yakko.

YAX | drabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora