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Por laguna razón itadori no se sentía abrumado o asustado como debería sino en su contrario totalmente tranquilo como le era costumbre dejándose llevar por aquel dios de cuatro brazos y mitad de cara deformada. podía sentir como su sentía su cuerpo más débil de lo normal mientras era sujetado con delicadeza por cada uno de sus manos y no iba a mentir le gustaba, le gustó desde el momento en que pudo sentir una conexión

- entonces vamos pequeño yuu -

Sosteniéndolo entre sus brazos como un bebé sukuna se dispuso a salir del lago pues había llegado a primera base, ahora tenía que seguir a segunda y por ello con su velocidad tomo todas las cosas de ellos y se dispuso a ir a una cueva que estuviera oculta durante el tiempo de cortejo, por que si...era hombre de costumbre aunque no se notará y como es de sus tiempos tomar a su querido yuu de la forma más delicada y necesitada. Aunque claro que ya no son sus tiempos

Dejo sus cosas ocultas en la costa y se dispuso a sumergirse para ir a la cueva submarina donde podrían estar tranquilos unas horas antes de que se despertarán los de la academia. Dejo a Yuuji en la arena de la cueva y apreció como la luna resaltaba las facciones de su cara, acercándose con cuidado de no romper tu apreciado tesoro beso las cicatrices de sus ojos y luego paso a su nariz llendo por último a su boca saboreando y explorando cada rincón mientras recorría cada curva y elevación de su mundo.

Itadori disfrutaba de sus toques calmando su calor interno y su necesidad de cariño, pues desde la muerte de su abuelo no pudo sacar todo lo que sentía y solo se ocupó por encontrar los dedos de sukuna. Para devolver la atención empezó a acariciar la espalda de sukuna sintiendo el inicio de cada brazo mientras seguía cada negra línea de su cuerpo lo cual complació a este u empezaron a sumergirse en una exploración en la que cada vez encontraban lugares sonoros y maravillosos. Cómo cualquiera quisieron irse más profundo y adentrarse uno en el cuerpo de otro.

El demonio al ver a su mundo llorar solo se dispuso a besar sus partes más delicada destruyéndolo y sacando una que otra sonría para luego continuar con su exploración interna sintiendo como cada vez era más difícil por la encantadora estrechez de su compañero besaba y lamía cada parte cercana para escuchar la dulce melodía de la que era dueño y señor. Después de un rato cambiaron sentándose en la arena donde aún sosteniendo a Yuuji contemplaba su singular movimiento y frenesí encantado de la que eran cómplices. Sabiendo de los que eran necesitados decidió llegar a cuarta base y ganar el torneo dándole de beber su sangre para luego el hacer lo mismo con la de itadori.

- ¿Estas seguro de hacerlo? - con calma y suavidad acarició la cabeza del dios maldito

- desde siempre lo estuve yuu -

Con una sonrisa y dándole fin al peculiar y extraordinario ritual se entregaron cada uno en cuerpo y alma al otro hasta que la noche oscura y cómplice de lo sucedido dio campo al sol quien borrarlos todo rastro terrenal de lo ocurrido.

Sukuna llevo en brazos a yuu quien ahora sería conocido por los malditos como el amante del dios y solo ellos lo sabrían ya que era prohibido su pronunciación o sola mención de la boca de alguien que no sea el. Lo dejo en la cama contemplando su respiración antes de volver a ser uno donde se sentían más completos y felices que nunca donde se verían cada vez que quisieran para volver a entregarse y llenarse de su prohibido y cálido amor.

- si que te hizo bien dormir - fushiguro totalmente ajeno a lo pasado se alivio al ver la apariencia más descansada de itadori - ya no te vez como muerto -

- si de hecho me siento mucho mejor - respondió de buen humor

- yo no creo que te puedas sentar Yuuji - comento una voz en su mejilla sonriente de haber lo grado su cometido

- ¿que? - pregunto Novara super roja ante la confesión del demonio - ¿estás ocultando algo? -

- quien sabe - burlesco y sarcástico estaba sukuna para gran desconcierto de todos y itadori estaba lo más de tranquilo...sea lo que sea esperaban que siguiera así y no saben cuánta razón tenían.

FIN

Luna NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora