Novio de una super estrella [FINALIZADO]

Capitulo 9

Nueve dias

Ese día el apartamento hacía un calor insoportable. Sentado con un ventilador portátil a una pulgada de su cara brillante, Saitama miró fijamente la carta que Genos le había dado esa mañana antes de partir para su quinto día de filmación. Saitama se tomó su tiempo para dejar que la declaración oficial, 'Sr. Saitama, por la presente estás certificado como Clase A Rango 39, 'sumérgete. En este punto, no estaba lejos de ser un cumpleaños, otro año mayor, la misma mierda de siempre. Más o menos, lo provocó a insistir en la situación exacta en la que se encontraba cuando recibió inicialmente las próximas noticias.

Habían pasado nueve días desde la última vez que Saitama vio a Nova Star. No fue por una intención deliberada de su noverla después de ese día en el hotel ... pero, antes, siempre tenía razones específicas para hacerlo, y ahora simplemente no. A pesar de que estaba a solo un clic de un botón de distancia, todavía no entendía muy bien lo que eso significaba. ¿Eran amigos o era una de esas situaciones de 'solo en caso de emergencia'? Ella no ofreció ayuda para aclararle eso, ya que él no había tenido noticias de ella igualmente. Genos, por otro lado, había estado en contacto frecuente con la estrella para discutir el negocio de la filmación, e incluso para reunirse algunas veces para dirigir líneas. Cada vez que el cyborg estaba hablando por teléfono con ella dentro del apartamento, Saitama enterraba su rostro en cualquier manga que estuviera leyendo y fingía no estar escuchando. Cuando se le preguntó casualmente cómo iba la filmación, Genos se puso muy reservado. Por despecho esos eran los momentos en los que más consideraba llamar y preguntarle a Nova ella misma, pero siempre terminaba desanimándose al asumir que probablemente estaba muy ocupada y que prefería que no la molestaran. Cuando él había estado saliendo con ella uno a uno, se había sentido como una persona normal más, haciéndole olvidar fácilmente que en realidad era una gran estrella con un estilo de vida completamente diferente al suyo en todos los sentidos. Fue ese reconocimiento el que reafirmó cualquier duda sobre una afinidad mutua. fácilmente haciéndole olvidar que ella era en realidad una gran estrella con un estilo de vida completamente diferente al suyo en todos los sentidos. Fue ese reconocimiento el que reafirmó cualquier duda sobre una afinidad mutua. fácilmente haciéndole olvidar que ella era en realidad una gran estrella con un estilo de vida completamente diferente al suyo en todos los sentidos. Fue ese reconocimiento el que reafirmó cualquier duda sobre una afinidad mutua.

Pensando en el resto de sus películas que se había puesto al día mientras pasaba el tiempo durante los últimos días, Saitama desvió su atención a las noticias a todo volumen en el fondo, pero vio que solo estaban llenando el tiempo al aire exagerando historias que eran mucho menos que relevante. Suspirando, se impulsó hacia arriba, sintiendo el peso adicional provocado por la humedad plomiza. Caminando pesadamente hacia el balcón, mantuvo el ventilador en la cara durante todo el camino mientras colgaba los brazos sobre la barandilla y miraba hacia la calle vacía de abajo. Aburrimiento. Casi había olvidado cómo se sentía eso, después de todo lo que había sucedido recientemente. Por primera vez en mucho tiempo, había estado algo ... emocionado. Pero, por desgracia, duró poco y el aburrimiento estaba inevitablemente destinado a regresar corriendo con los brazos abiertos. Había habido algunos ataques de monstruos que exigieron su atención durante los nueve días, pero ni mucho menos tantos como de costumbre; ciertamente ninguno que requiriera ningún esfuerzo real de su parte, naturalmente. Suspiró de nuevo. Y luego el ventilador murió. Frunciendo el ceño ante el dispositivo infiel, Saitama se arrastró hacia adentro y lo arrojó sin rumbo al suelo. Entonces decidió que, en lugar de andar deprimido por el apartamento en el calor reciclado, al menos se aventuraría a salir y dejaría que la naturaleza hiciera lo suyo.

Estar al aire libre lo hacía sentir mejor, aunque sólo fuera de forma marginal. Pies pesados ​​lo arrastraron calle abajo, justo al otro lado de la valla. Conocía bien el área y, aunque no lo había hecho a propósito, pronto se encontró pasando por el puesto de taiyaki que Nova también lo trató una vez. De repente se sintió como si hubieran pasado años desde que ocurrió. Mirando hacia el edificio donde se habían sentado, recordó el momento en que ella lo dejó allí parado, cuando pensó que nunca volvería a verla. Pero luego tuvo que ir y accidentalmente robarle la sudadera. En retrospectiva, se alegró un poco de que sucediera, porque luego terminó volviéndola a ver. Aunque, para qué ventaja, no podía decirlo.