2 - Vuelta a la realidad

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El tiempo seguía pasando en ese lugar y seguía sin encontrar una forma de escapar, todo estaba muy bien vigilado y no había ninguna salida fácil. Ya no sabía cuánto llevaba ahí porque no había ni día ni noche, y aunque lo hubiera, no podría verlo. El maestro no me deja alejarme mucho de él y este no suele moverse por muchos sitios.

Pasaba el tiempo dando vueltas por el museo y observando por todos los sitios que Madarame me dejara ir. El sitio era bastante bonito, la verdad, la habitación en la que el maestro pasaba la mayoría del tiempo era una muy grande con una nube extraña, seguramente fuera algo especial. Era lógico que un artista tuviera un museo así de estético. Aun así, hubo una cosa que me llamó la atención más de lo normal, y era una estatua dorada con forma de espiral y figuras humanas colgando de ella.

Esta estatua parecía normal hasta que leí la descripción y esta comentaba que las obras de los pupilos deberían ofrecerse a su maestro y si no lo hacías, no tenías derecho a vivir. Cuando vi esto, me acordé de Yusuke y le eché un poco de menos. Yusuke estaba sufriendo lo que decía en esta obra y no se daba cuenta de ello. Obviamente, no sólo exploraba el museo por amor al arte (chiste no intencionado, lo prometo), sino que también buscaba algún mínimo punto débil en la seguridad de este lugar.

Otro punto es que si en algún momento intentaba llevar a cabo una revuelta, me volverían a atrapar y, a lo mejor, las consecuencias eran peores, así que teniendo eso en cuenta y que Eugene podía derrotar a unos pocos enemigos pero era demasiado débil para aguantar más, intentar escaparme por la fuerza sería prácticamente un suicidio.

Volviendo al punto anterior, cuando terminé de ver esta obra con forma de espiral, debía volver pronto por el pasillo de camino a Madarame junto con unos escoltas. De repente, cuando ya estaba lejos, escuché unas voces, reconocí una o dos femeninas y otras dos masculinas. Me di la vuelta para observarlo y vi a tres personas con trajes extraños y una bola parecida a un gato que tenía la cabeza inflada de aire.

Quise ir hacia ellos, ya que eran la única figura distinta de guardias que había visto en todo ese tiempo. A los tres pasos uno de ellos me agarró del brazo y me obligó a irme con ellos de una vez. Viendo una oportunidad de escape, hice salir a Eugene y derroté al guardia, corriendo hacia las personas en traje, pero cuando iba a salir por la puerta, esta se me cerró en la cara y otros de ellos vinieron hacia mí.

-¡Ayuda, por favor salvadme!

-¡Mira Joker, es un humano!

-¡Corred, vamos a salvarlo!

La puerta seguía cerrada y los guardias empezaron a tirar de mis piernas mientras yo seguía agarrado a la puerta. Esta tenía el diseño de una reja, haciendo muy fácil mi agarre y mi comunicación con esas personas. Aun así, no aguanté mucho más y ellos empezaron a tirar de mí y a llevarme por el pasillo mientras esos chicos intentaban romper la puerta, sin éxito.

Después de eso, fui llevado ante Madarame y me llevé una amenaza de muerte si intentaba algo así otra vez, recordándome también que era inútil que intentara escapar con tanta seguridad que había. Nunca olvidaré a esas personas. Una de ellas era ese gato amorfo, luego había una chica rubia con un traje rojo y una cola, un chico en traje y pelo negro y un rubio con una palanca de metal. Quería volver a verles, eran mi esperanza.

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Todo el tiempo después de eso sufrí menos que antes, ya que sabía que había una posibilidad de escapar si esas personas volvían.

Aun así, después de haber analizado todo el lugar y haberlo investigado de arriba a abajo, me parece muy extraño que Madarame sea el dueño y señor de este lugar y no haya nadie por encima suyo y que todo este edificio entero esté relacionado con él. Es decir, cualquier habitación mínimamente importante tiene cosas relacionadas con él y en este lugar no hay día y noche ni tengo hambre ni sed y es demasiado extraño.

Persona 5 Royal - El Despertar de YukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora