Capítulo 5

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- Woah -volvió a decir acercándose al escenario.

- Em...yo...

- Tenes una voz muy...Woah.

- Por favor, no se lo digas a nadie. No me gusta que la gente sepa.

- Tranquila, tu secreto está a salvo conmigo.

- Will, de verdad. Los únicos que saben que canto son mamá, papá, Jamie, Hayley, Jason y ahora vos.

- Te dije que estás a salvo.

- Gracias. -le dije.

Sabía perfectamente que podía confiar en Will. Era uno de mis mejores amigos.

- Y -le digo- ¿Qué haces acá?

- Pues, esta tarde hice pruebas para entrar en el equipo de rugby, y por lo tanto, me hice amigo de ese...

- ¿Stuart?

- Eso. Y me dijo que entré,

- ¿En serio? ¡Eso es genial!

- Y luego me pidió que te diga que no podrá venir.

- Maldito idiota. -digo entredientes.

Si, ya se que eso pudo parecer lo más bipolar del mundo, pero Stuart me hace tener mis cambios bipolares de humor. El muy idiota.

ME HIZO VENIR HASTA ACÁ PARA NO HACER NADA. ¡EL ME DIJO DE VENIR! En este momento debería estar estudiando en mi cuarto, no en un auditorio esperando a que el muy tonto llegue.

Pero NOOOOO. Tenía cosas más importantes que hacer.

- ¿Estás bien?

- Obvio ¿Por qué preguntas? -dije entre dientes mientras pensaba las mil y una formas de matarlo mientras dormía.

- Tenés la cara roja. ¿No tendrás fiebre?

- Se llama enojo Will.

Puede ser que me parezca a tinkerbell cuando se enoja, pero tengo mis razones.

- ¿Estas enojada?

Ay Will, mi pequeño, querido e inocente William.

- No, estoy más feliz que nunca, es más, estoy tan feliz que la felicidad desborda de mi ser, feliz pensando las mil y una formas de matar a Stuart sin que nadie se de cuenta. ¿Por qué preguntas?

- Nada, solo supuse

- Tendré que caminar las 20 cuadras a mi casa ya que el muy idiota no pudo venir. -miré por la ventana y escuché un trueno.- Y eso es lo último que me faltaba.
Maldigo por dentro. Estoy cabreada, y mucho. Demasiado quizá.

- ¿Queres que te lleve?

- ¿En serio?

- Si, claro. Vamos. Mi auto está afuera.

- Gracias -le dije dándole un gran abrazo.

Guardé todas mis cosas y fuimos hacia el estacionamiento donde se encontraba el auto de Will. Una Land Rover verde guerra nos esperaba cerca de la puerta del colegio. Nos subimos, él insertó la llave en el auto y este se puso en marcha.

Se escuchaba la radio, mientras yo miraba por la ventana del asiento del copiloto. Gotitas comenzaron a golpear los vidrios. Al principio pequeñas, pero en pocos segundos la lluvia se intensifico y se volvió más fuerte. Largué un fuerte suspiro.

El auto frenó.

- Llegamos. -dijo Will.

- No sabes cuanto te lo agradezco. Te debo una.

- Cuando quieras.

Le agradecí unas, más o menos, tres millones de veces más, y luego me bajé del auto cubriendo me con mi campera para no mojarme.

Apenas entro subo a mi cuarto y me tiro a mi cama a pensar. Si yo no fuera la nerd ¿Quién sería? Entre esos pensamientos, caí dormida.

Desperté unas dos horas después y bajé a la sala de estar para saludar a mis papás que probablemente ya habían vuelto de trabajar

Bajé las escaleras y encontré a mamá y papá sentados en el sillón.

- Holas manolas.

Mis papás se miraron entre si. Mi sexto sentido se activo.

- Madi, ven sientate. -me dijo mamá.

Me senté en un banco frente a ellos.

- ¿Qué está pasando? -digo un poco alarmada.

Ellos se vuelven a mirar entre sí. Mamá se dispone a hablarme.

- Tu... -su respiración está entrecortada, y lágrimas acechan con salir de sus ojos.

Papá estira su brazo para abrazar a mamá por los hombros. Él me mira apenado.

"¿Qué estaba pasando?"

Papá agarra mi mano fuerte mente.

- Hubo una explosión, en un barco de la marina.

Lágrimas empiezan a salir de mis ojos. Tapo mi boca para que los sollozos que se arriesgan a salir de mi boca no se oigan.

- No -digo con la respiración entrecortada.- No, no es posible.

Mis papas vienen a mi búsqueda con los brazos abiertos y me envuelven en ellos.

- NO -grito- ¡NO!

- Se fue -dice mamá a mi lado- Se ah ido.

Siento que no respiro. Las lágrimas salen como cataratas de mis ojos.

Imágenes dan vuelta por mi cabeza. Jugando a la pelota, abrazándonos, desordenando todo, defendiéndonos, en el parque, en el lago, tocando la guitarra, su partida hacia la marina. Todos esos recuerdos giran en mi mente sin parar.

- ¡¡¡NO!!! ¡¡¡NOOO!!! -sigo gritando mientras me caigo al piso hecha un bollo y me quedo ahí.

Se ah ido.

Jamie se fue.

Dumby [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora