El vacío que dejaste.
Una mañana de invierno desperté y tú,
ya no estabas, de mis ojos salió una tormenta
enfurecida, que aún continúa después de tu partida.
Mi jardín de flores se derrumbó y desapareció.
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¿Era necesario que te fueras así?
¡¿Sin despedirte de mí?! ¡¿Por qué lo hiciste?! ¿Por qué?
¡¿Sin saber acaso, lo que yo sufriría sin ti?!
Ahora dime, ¿de qué te sirvió? Hoy no estás.
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Cada vez que pienso en ti, me duele la cabeza y
Vuelve la tormenta enfurecida. Arrasando sagaz e imponente.
Dándole paso a truenos de recuerdos ¡que no volverán!
Un río amargo, de tristeza y dolor creció dentro de mí.
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Vuelve a mí una vez más, te lo pido por favor,
Te necesito aquí conmigo. Necesito tu abrazo al llegar a casa.
Llena de luz con tu sonrisa mi jardín de flores marchitas,
devuelves la vida que les arrebataste sin piedad.
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Vuelve, porque sin ti estoy a la deriva.
Vuelve, no es que quiero, es que necesito que vuelvas.
Aunque sea cortos minutos, para poder llenar
Aquel oscuro camino de frío y tristeza, aquel vacío que dejaste.
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Devuélveme mi corazón palpitante, ¡oh cielos!
Aquel que destrozaste sin piedad el día que te fuiste,
Regrésame esa mitad de vida que se me fue contigo,
Quiero estar tranquilo, tan solo una noche sin recordarte.
Sin recordar o sentir ese vacío que dejaste.
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Lunes, 18 de enero de 2021
12:12 pm
